¡Una visita explosiva!

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All Might había estado llamándolo constantemente. Varios días habían transcurrido y el viejo costal de huesos parecía bastante ansioso en que Deku recuperara su edad habitual. No podía culparlo, él también se sentía malditamente ansioso, pero no exactamente por las mismas razones. Sabía que Deku en cualquier momento volvería a la normalidad y todo ese patético juego de la casita feliz terminaría.

Dio un vistazo al mocoso que dormía profundamente en su cama. Habían pasado el día haciendo un maratón de películas y ahora la casa apestaba entre una mezcla de palomitas y mantequilla. Sonrió y deslizó sus dedos con cuidado entre los rizos verdosos del chiquillo. Deku tenía la carita hinchada de tanto llorar, quizás ver Bambi no había sido la mejor de las opciones dentro del repertorio de películas de Disney. El mocoso casi se había ahogado en su propio llanto en cierta escena exageradamente trágica para una película infantil. ¿Qué clase de maldito psicópata había pensado que matar a la mamá de Bambi era una gran idea? Hasta él, que era un idiota con los niños, podía darse cuenta de que semejante escena solo podía acarrear un trauma infantil.

Suspiró.

Su teléfono vibró y lo tomó rápidamente no sin antes asegurarse de que Deku estuviese profundamente dormido.

10:27pm
“Bro, ábreme, traje lo que me pediste.

Bien, al menos el idiota de Kirishima estaba haciendo su trabajo.

Se levantó de la cama y fue silenciosamente hacia la puerta, cuidando cada paso.

Eijiro se encontraba de pie con el rostro apenas visible entre una combinación de paquetes y bolsas de todos los tamaños.

—Muevete maldito idiota, no tengo toda la noche.

—También me alegra de verte —replicó con una sonrisa socarrona mientras entraba al departamento.

Bakugou hizo caso omiso del comentario y lo ayudó a acomodar los paquetes en la mesa. Examinó todo lo que Kirishima había traído, pero había algo que estaba buscando, algo que requería su especial atención.

—¿Lo conseguiste? —preguntó con el entrecejo fruncido.

—¿Crees que estaría aquí, si no? —la voz de su amigo salió jovial mientras le extendía un paquete rectangular.

Bakugou lo examinó con detenimiento y luego lo abrió evaluando su contenido.

—Para variar no la cagaste —sonrió complacido—. Estoy seguro de que Deku va a amar esta mierda.

Eijiro se rio.

—Lo siento, lo siento... —se disculpó conteniendo la risa que amenazaba con salir— Es solo que... Jamás pensé que fueras tan detallista para este tipo de cosas.

—Cállate —gruñó bajo—. Es su maldito cumpleaños.

Eijiro afirmó la mano en su hombro.

—Sé que es importante y creo que es muy varonil de tu parte lo que estás haciendo.

Bakugou volteó sus ojos hacia arriba. Lo menos que quería era la puta condescendencia del imbécil de Kirishima.

—¿Por qué mierda sigues aquí? —refunfuñó entre dientes—. Vete a tu nidito de amor con el Pikachu de mierda y deja de joder.

Eijiro dejó salir su habitual sonrisa para luego caminar hacia la puerta.

—Quizás venga mañana, adoro los cumpleaños.

Bakugou bufó.

—Como quieras —soltó de mala gana—. Solo asegúrate de que nadie...

—Me siga, lo sé, lo sé.

¡Kacchan! [KatsuDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora