¡Una misión!

19.1K 2.1K 1.6K
                                    

De nuevo el maldito timbre una y otra vez. Quería matar al idiota que le estaba derrumbando la puerta un sábado a las siete de la mañana. El golpeteo se intensificó. Sí, definitivamente iba a matar a ese idiota.

Se puso de pie. Deku seguía profundamente dormido, su pecho subía y bajaba lentamente y tenía la boca ligeramente abierta. Lo arropó con cuidado, tomó una remera y arrastró sus pies de mala gana hacia la puerta.

A esa hora, en definitiva, no tenía fuerzas para pensar. Apenas su cerebro estaba arrancando y sin una buena taza de café negro, su ya de por sí pésimo humor estaba al tope. Un par de golpes más. Mierda, deseaba con todas sus fuerzas que fuese un villano, así podría estrellarlo contra la pared sin tener que contenerse.

Abrió la puerta. Jodida mierda. Era algo mucho peor; era el maldito de Todoroki.

—¿Qué mierda haces aquí?

El imbécil ni siquiera se molestó en responderle. Entró al departamento sin dirigirle la palabra como si él fuera parte de la decoración. Cerró la puerta y se apoyó contra la pared mientras veía al bastardo exaltado buscando algo, barriendo todo con la mirada. Bakugou no estaba seguro de si esto le debería dar satisfacción o celos.

Todoroki quedó detenido en el pasillo, a esa distancia podía ver perfectamente por lo que había venido. Deku estaba dormido abrazando una almohada. Duró allí un par de segundos y en seguida se dio la vuelta para encararlo. Parecía que tenía mucho que decir.

—Me voy a llevar a Midoriya —aseguró. Su mandíbula estaba tensa y sus puños estaban apretados a sus costados.

Bakugou lo miró con cautela mientras alzaba una ceja. La actitud de mierda de ese bastardo no le estaba gustando, pero Deku estaba dormido y él no iba a permitir que ese inseguro costal de traumas le interrumpiera su sueño.

—No puedes —se limitó a decir tratando de mantenerse en control, pero ganas no le faltaban de volarlo en mil pedazos. Todoroki seguía plantando con firmeza y se dio cuenta de que no pensaba ceder tan fácilmente—. All Might me lo entregó, es mi responsabilidad, no la tuya —agregó, pero esta vez había una pizca de agresión en su voz.

Todoroki abrió la boca para replicar, pero fue interrumpido.

—¿Kacchan? —la voz de Deku los sorprendió a ambos. El mocoso estaba medio dormido y aún se frotaba los ojos mientras daba un bostezo.

Todoroki se había quedado estático mientras lo veía.

—Midoriya —lo llamó.

Pero Deku se asustó y corrió hacia Bakugou extendiendo sus brazos. Fue imposible para él no sentir una pizca de satisfacción en ese momento.

—Kacchan, ¿quién es él? —le preguntó mientras lo cargaba.

Todoroki pareció algo herido, pero en seguida le respondió:

—Somos... —se detuvo un momento como reconsiderando lo que iba a decir. Ese pequeño momento de silencio fue como su venganza, una sutil y letal puñalada al centro de sus entrañas—. Amigos —terminó por decir.

Deku lo miró y se aferró aún más fuerte contra el cuello del cenizo. Bakugou sintió el sabor metálico de la sangre, se había mordido el labio sin darse cuenta.

—Será mejor que te vayas —dijo. El imbécil le devolvió una mirada furiosa.

—Este tiempo con Midoriya es todo lo que tendrás —le aseguró, luego solo cerró la puerta y se esfumó.

Deku lo miró con detenimiento. Sus ojitos aún estaban entre cerrados y sus pómulos estaban ligeramente rosados. No parecía afectado por la desagradable visita que acababan de tener.

¡Kacchan! [KatsuDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora