Los 4 Teletubbies, Tinky Winky, Dipsy, Laa Laa y Po salen a jugar cómo si fuera un día más sin saber que se encontrarán con sus almas gémelas...
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En esta historia intentaré hacer algo diferente con los típicos ships de...
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Tinky no podía dejar de sollozar pensando en el encuentro que habían tenido con Laa Laa hace unos minutos, mientras que Walten, determinado, caminaba junto a el hacia la estación de satélite.
-Tinky... no bajes la cabeza, todo estará bien, sólo debemos seguir adelante.
Aquellas palabras resonaron por su cabeza. El no podía aceptar la gravedad del asunto, después de todo, Tinky Winky aún tenía el espíritu de un niño.
Ellos se dirigieron hacia la puerta, y mientras el menor revisaba su bolso el mayor intentaba abrir la puerta.
-Tinky, vamos, no me gusta verte así...
El de antena triangular no respondió, sólo soltó un suspiro y siguió los pasos del contrario.
Al entrar, ambos descubrieron una escena que los aterrorizó.
El suelo de la estación, ensangrentado y cubierto de cadáveres mutilados. Miles de cuerpos apilados, con marcas horribles. Algunos tirados en el piso sin órganos internos, otros ahogados en un charco de su propia sangre. Era simplemente grotesco.
Walten se negaba a que su amigo fuera corrompido, si bien sabía que la situación era crítica no podía dejar que la inocencia de Tinky desapareciera.
El guardián cubrió los ojos del morado, y simplemente lo fue guiando hasta que...
En la profunda oscuridad de un pasillo, se escuchó a la distancia cómo alguien cargaba su motosierra.
Dipsy, o mejor dicho, lo que quedaba de el, estaba allí.
Su cuerpo estaba completamente manchado de sangre seca, su televisor emitía una estática insufrible para los oídos de cualquiera, llevaba una motosierra oxidada en sus manos.
Pero sobre todo, no tenía cabeza. En su lugar sólo había un vacío, recubierto de un líquido espeso que goteaba de aquel agujero dónde solía estar su cuello.
Dipsy recorría los pasillos de la estación con su motosierra, sus extremidades estaban cubiertas de sangre, al igual que las paredes de aquel lugar. Sus pasos se escuchaban pesados y pegajosos. Aquella estática se escuchaba cada vez más fuerte.
La punta de su arma estaba cubierta de sangre ya seca y su televisor emitía una fuerte estática. El ambiente se volvía cada vez más tenso mientras que la criatura sin cabeza atravesaba ese mar de cadáveres, hasta que de repente, detectó movimiento.
Lentamente fue acelerando, hasta correr hacia el lugar de dónde provenía el sonido.
Y allí estaba.
El que solía ser su amigo, Ron, se encontraba desesperado intentando llamar a uno de los teléfonos de las cabinas.
Dipsy se dirigió hacia allí, pero en vez de atacarlo, caminó lentamente y cortó el cable del teléfono. La mente de aquella criatura reconoció a su antiguo compañero, y su recuerdo fue capaz de desvanecer los efectos de la infección.
Dipsy soltó su motosierra. Ron estaba paralizado, no podía aceptar que aquel monstruo que había masacrado brutalmente a sus compañeros era el mismo que lo acompañaba.
La respiración del trabajador estaba acelerada, y ya se estaba preparando para correr, pero antes de poder hacerlo...
Aquel monstruo lo acorraló contra la pared. Parecía que no quería dejar que Ron se vaya.
El de pelaje azul se sorprendió, si bien no dejaba de temblar, estaba algo más tranquilo.
Sabía que no podría perdonarlo, pero, ¿Por qué pensaba en eso?, ¿Acaso tenía esperanza de recuperarlo?
El no lo sabía, la situación era confusa. El que una vez lo hizo sentir especial ahora había asesinado a todos sus compañeros y lo estaba acorralando.
Por otro lado...
Tinky y Walten seguían vagando por el lugar, hasta que el menor chocó con algo, producto de las manos del mayor que estaban cubriendo sus ojos.
Dipsy rápidamente volvió a tomar su arma, y se dirigió hacia el lugar de dónde provenía el ruido.
El de pelaje verde reconoció su sombrero y aquel característico color lavanda.
La mente de Dipsy estaba dividida en dos partes.
Un niño que quería regresar con su mejor amigo y recuperar su objeto favorito.
Y un monstruo sediento de sangre que quería acabar con todo lo que respire.
El comenzó a perseguirlos por todo el lugar, cargando su motosierra.
Walten quitó sus manos de los ojos de Tinky.
-¡NO MIRES ATRÁS!, ¡SÓLO SIGUEME!
El de ojos cristalinos comenzó a alucinar, cada vez que se acercaban a una puerta, el era capaz de ver a los 3 originales que habían muerto.
Tinky, al saltar, accidentalmente encendió un laser que se encontraba en una de las entradas, sin saber que este les iba a salvar la vida...
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