Los 4 Teletubbies, Tinky Winky, Dipsy, Laa Laa y Po salen a jugar cómo si fuera un día más sin saber que se encontrarán con sus almas gémelas...
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En esta historia intentaré hacer algo diferente con los típicos ships de...
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Tinky y Walten regresan a la guarida del anteriormente mencionado, aún sin soltarse.
Al llegar, intercambian miradas, esperando que alguno de los dos rompa el silencio. Finalmente, Tinky suelta la mano del albino y se sienta en una de las maquinarias de la guarida.
-Y...¿Me dejarás ser tu asistente? Preguntó Tinky con la mirada perdida.
- ¿A qué le llamas ''Ser mi asistente''? Agregó Walten.
-Pues...ayudarte con tus labores mientras descansas, acompañarte a dónde sea, llevarte lo que necesites, ¡Ya sabes!
El de pelaje blanco pensó la idea dos veces, el estaba consciente de que estaría muy mal poner a un sujeto de prueba a realizar sus labores pero algo de el lo impulsaba a romper las reglas, era un sentimiento que jamás había experimentado, ya no se quedaba con las ganas de participar del experimento, el no sabía explicarlo pero tenía un gran deseo de permanecer al lado de Tinky. El guardián pasó tanto tiempo concentrado en aquel pensamiento que se olvidó por completo que debía avisarle a su compañero que ya era hora de irse, pues el anunciador ya iba a despertar al resto de Teletubbies. Pero de repente, el guardián rompió el silencio.
-Tinky, ¡Debes irte! Tus amigos ya casi van a despertar
Tinky Winky asintió al llamado de atención de su guardián y rápidamente regresó a su casa, sin darse cuenta de que había olvidado su preciado bolso rojo allí. Al percatarse, razonó que la única forma de recuperarlo sería regresar, pero ya era muy tarde. Él simplemente volvió a su cama y lentamente cerró sus ojos.
El no podía dormir, su corazón estaba acelerado y podía sentir la intensidad de su sonrojo, era incapaz de dejar de pensar en su guardián. Tinky estaba sorprendido, esto nunca le había pasado con alguno de sus amigos, era algo nuevo para él. Se dió cuenta que la única forma de calmar su falta de sueño, era imaginarse a si mismo caminando de la mano de Walten.
Era un sentimiento adictivo, era el amor en su forma más pura. Él admiraba al guardián, y tenía un fuerte deseo de estar con el en todo momento, no podía esperar para presentarlo al resto de sus amigos, pero sabía que no podía, lo único que deseaba era que aquel sentimiento fuera correspondido.
Tinky quería pasar el resto de sus días al lado de Walten.
Pero al despertar...darse cuenta de que se había enamorado de su protector no era la única sorpresa con la que se encontró Tinky. El sonido de una voz temblorosa y apresurada lo despertó de su trance, era Dipsy, el cual luego de dar una rápida explicación de que iría a buscar la pelota de su amiga, volvió a salir corriendo.
Por otro lado, Laa Laa y Po se encontraban juntas en la mesa, desayunando mientras hablaban de sus sueños.
-He vuelto a soñar con lo mismo, una criatura oscura de gran altura similar a nosotros nos perseguía y me avisaba de que cosas muy malas iban a pasar...tengo mucho miedo de perderte. Laa Laa dijo con una voz frágil y calmada.
Po simplemente se paró de su silla y la abrazó, ella sabía que a su amiga le encantaban los abrazos.
-Y para olvidar eso, ¿N-no quieres salir a jugar un rato? Quiero que te sientas mejor.
Laa Laa asintió, y salieron juntas de la mano a buscar la pelota de la anteriormente mencionada...pero, si su pelota se había perdido y Dipsy había ido a buscarla. Ellas habían olvidado por completo eso pero igualmente decidieron ir hasta el lado contrario al que había ido Dipsy, el lago, a buscar la pelota. Luego de un buen rato, Po termino por encontrarla en las orillas del lago, cerca del molino mágico.
-¡Laa Laa!, ¡Ya la encontré!
La amarilla fue rápidamente a abrazar a la menor, y ambas regresaron juntas, sin pensar en dónde se había metido Dipsy...
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