Fase 8

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Antes de venirme a vivir a los Estados Unidos nunca me hubiera imaginado que llegarían a pasarme tantas cosas increíbles, y poder conocer personas maravillosas. Sin embargo, hay momentos en que sigo extrañando mi antigua vida en México, y me da nostalgia recordarla.

De vez en cuando chateo con mis amigas del antiguo colegio y me cuentan todo lo que hacen en su vida; Araceli que me dijo que había comenzado a estudiar canto, Mariana que tuvo la oportunidad de viajar a Perú y Leticia que ganó un concurso de pintura. Aunque por Leticia me enteré que Fabio ya tiene otra novia para variar, pero ya no me afecta ese tipo y ni me interesa lo que haga; encima estoy conociendo a alguien más.

Creo que todas las cosas que nos pasan tienen un propósito, por más dolorosas que sean algunas en el momento que suceden, al final siempre podemos descubrir la luz en la oscuridad; siempre habrá algo bueno que nos ayudará a crecer como personas y debemos aprender a verlo. La vida es dura no por mala, sino porque somos tan tercos que la única forma de aprender es mediante los golpes; pero es que esa es nuestra naturaleza como seres humanos imperfectos.

Hoy mi padre me llevó a conocer la ciudad de New Jersey, aunque me gusta más el campo esta ciudad se veía increíble; había dejado a mi gatito Aldebarán en casa de Raiden, así que no me preocupo. Había rascacielos por todos lados, tiendas muy coloridas y centros comerciales gigantes todo muy lindo.

Pasamos todo el día en la ciudad, comimos en un restaurante italiano, compramos algunas cosas y yo me compré un suéter de gato. Se hizo de noche cuando ya íbamos camino a casa, y cuando por fin llegamos me quedé un rato afuera a contemplar el cielo estrellado.

Y de nuevo sucedió algo maravilloso; en un momento dado bajé la mirada para ver la hora en mi celular, y cuando volví a ver hacia arriba me quedé sorprendida. Había unas luces muy brillantes en el cielo, y sé muy bien que no eran aviones porque las luces de un avión parpadean y avanza en línea recta.

Aquellas luces nunca parpadearon y se movían a todas partes formando un triángulo, de verdad que fue espectacular. Quien sabe, a lo mejor mi amigo Sirio iba en alguna de esas naves.

Hace unos días que no he visto a Sirio, ni en sueños ni viajes astrales, nada. Según Raiden ellos solo aparecen cuando es el momento y no cuando uno quiera.

Ese día papá pidió comida de a domicilio para la cena y me comí una hamburguesa y unas papas fritas, mejores que las de McDonald's. Luego me fui a mi habitación y prendí la tele de mi cuarto para ver alguna película de ciencia ficción, pero estaba tan cansada que me quedé dormida.

Por desgracia me sucedió algo aterrador esa noche. De nuevo me desperté de golpe a eso de las 3am, pero no pude abrir los ojos porque sentí una luz cegadora encima de mi cara; comencé a mirar por los alrededores y me llevé un terrible susto porque el lugar donde estaba no era mi habitación, parecía más bien el consultorio de un quirófano; y lo peor es que no podía moverme.

¿Cómo llegué yo ahí? Dudo mucho que mi padre sea capaz de traerme a un hospital de la nada. Pero cuando la luz se fue atenuando, me di cuenta que no estaba sola en ese extraño cuarto; casi me da un infarto cuando vi que estaba rodeada por unos extraños seres muy grotescos, de cabeza gigante y ojos negros.

¡Demonios! ¡Es una abducción! No entiendo porque me están pasando tantas cosas relacionadas a los extraterrestres, según el señor Peter tengo un propósito muy grande pero no sé cuál...

Sentí mucho miedo y mucho dolor, aquellos seres se la pasaban tocándome con herramientas de metal como si me fueran a hacer una cirugía y me daba pánico que me abrieran el estómago cada vez que se acercaban. Pero lo que hacían era meterme esos aparatos en la boca, en los oídos o en las partes íntimas; de verdad fue horrible estar en esa situación.

Hasta que por fin desperté de aquella pesadilla preguntándome si fue real o un sueño. Me sentí muy traumada luego de eso al punto que mi padre se dio cuenta que yo no estaba bien, pero tampoco quería explicarle las razones porque sabía que no me iba a creer.

Estuvo mucho tiempo interrogándome y regañándome por no hacer bien las cosas, y como excusa le dije lo de Fabio y de que extrañaba mucho México. Aldebarán tuvo un comportamiento muy raro desde que pasó aquello, me sigue a todas partes y se queda donde yo estoy como si estuviera cuidándome de algo invisible.

Preferí irme a casa de Raiden para no seguir aguantando a mi padre que ya me tenía estresada, así que tomé a mi gatito y fui con él.

Raiden se encontraba arreglando su jardín como siempre, y en cuanto me vio creo que pudo intuir que no me encontraba bien y me dio un fuerte abrazo; luego me llevó a su casa y ahí le comenté lo que me había ocurrido. Raiden parecía realmente muy preocupado y llamó a su abuelo quien ya había escuchado la conversación.

El señor Peter salió de su oficina y se me acercó muy serio y comenzó a examinarme las manos.

—Debes tratar de mantener la calma pase lo que pase, todo tiene un propósito. Y debes saber que no todos los extraterrestres son nuestros hermanos — me dijo.

Creo que, si lo entendí, se refiere a que, así como existen los buenos también existen los malos.

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