Han pasado dos días desde que me vine a vivir a New Jersey; mi papá alquiló una pequeña casa ubicada en un barrio muy bonito, no es como en México, aquí las casas tienen un gran jardín en su frente y en la parte trasera igual. Me di cuenta que hay un pequeño bosque atrás de la casa perfecto para salir a caminar, la naturaleza es lo más bello para mí.
Pero nada de esto se compara a mi casa en mi tierra natal, que la extraño mucho. Tendré que empezar de cero, hacer nuevos amigos, conocer nuevas personas, hacer una nueva vida.
Mi padre y yo nos la hemos pasado desempacando todo nuestro equipaje y ha sido un trabajo tedioso. Por cierto, mi habitación es mucho más grande que la que tenía en mi casa de México, supongo que eso es una ventaja porque incluso tengo baño propio con una tina, lo típico de las películas estadounidenses.
Luego de ordenar todo mi cuarto con las únicas cosas que tenía, me puse a tomar un descanso y salí a explorar un poco, al menos aquí no hay tanto peligro de que me roben, o eso creo.
Casi todas las casas eran iguales y muy lindas de color blanco y rodeadas de un enorme jardín; pude ver a niños jugando en la calle, personas que salían a correr, y otros paseando a sus perros. En una esquina que estaba justo al lado de mi casa había otra que se veía algo diferente.
Estaba rodeada de naturaleza con muchos árboles en su jardín y la madera era de un color café claro, muy bonita y muy rústica. Era tan llamativa que me acerqué para verla más de cerca; uno de los árboles estaba lleno de unos frutos que no supe reconocer, había otro árbol de rosas y otro de ciprés.
En eso escuché que alguien se acercaba por detrás de mí, era un muchacho, se veía muy diferente a los que suelen haber en este país; no era el típico rubio de ojos azules, este era de piel morena y su cabello era largo y oscuro; inmediatamente pensé en que era un indio nativo americano o un descendiente.
—Hey hola!, nunca he visto por aquí, ¿Eres nueva? — me dijo el muchacho.
—Sí...me mudé hace dos días — respondí yo.
—Ya veo... ¿Cuál es tu nombre? —
—Stella —
El muchacho era muy agradable, su nombre era Raiden y casualmente hablaba mi idioma, que de hecho le pregunté cómo sabía que yo hablaba español, y me dijo que fue por intuición al ver mi rostro de latina; y debo confesártelo, se veía muy guapo al menos para mí.
Ah, pero no olvidemos que tengo novio, bueno se supone, lo tuve que dejar en México y ya no estoy segura si la relación será la misma ahora que estamos muy lejanos. Luego de hablar un rato con Raiden decidí irme a casa porque aun debía terminar de desempacar.
Ya era de noche y por alguna razón me cayó la depresión de sentirme lejos de casa en un lugar extraño del que no podré irme tan fácil precisamente porque es donde voy a vivir ahora.
Respecto a lo que haré con mis estudios, mi padre dijo que mañana irá a inscribirme a un colegio que queda cerca de aquí, solo espero poder adaptarme al nuevo ambiente. He visto muchas películas estadounidenses donde siempre aparecen los típicos brabucones del cole o las chicas divinas y creídas que hacen bullyng a todos los nerds que se topan en los pasillos; pero imagino que solo es un cliché de la televisión y que la realidad es muy diferente a lo que muestran. Pero eso no quita los nervios que siento de entrar a clases.
Encima debo pagar un curso de inglés, porque, aunque sepa defenderme a la hora de saludar hay cosas que aún se me dificultan para tener una conversación fluida con alguien.
Hay tantas cosas que me hacen pensar y por eso me cuesta mucho conciliar el sueño desde que llegué a este país; no logro entender por qué tuvo que pasar esto.
Como no podía dormir decidí levantarme a buscar alguna distracción que me diera sueño. Busqué entre los libros que traje en mis maletas y justo encontré el que más llamaba mi atención desde que era una niña, un libro que trata sobre el universo.
Siempre me apasionó el tema del espacio exterior, investigar sobre las estrellas, las galaxias, los planetas y todo lo relacionado al cosmos, y las misiones espaciales que realiza la Nasa; amo todo eso. Recuerdo que mi papá siempre me compraba libros del espacio todos los domingos y me los devoraba en un abrir y cerrar de ojos.
Incluso una vez dije que soñaba con ser astronauta cuando solo tenía 5 años. Fueron buenos tiempos, aún tengo fotos de cuando hice mi propia nave espacial con una gran caja de cartón que sobró cuando compraron una cocina nueva.
Después de leer un rato sobre cometas y nebulosas, al final me dio sueño y pude dormir algo.
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Luces En El Cielo
SpiritualeStella Alba, una chica mexicana que junto a su padre se van a vivir a los Estados Unidos, dejando todo atrás. Al principio su vida transcurre como la de cualquier chica que va al colegio; pero todo cambia cuando una serie de sucesos paranormales rel...