Capítulo 11

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Unas criaturas aladas y vestidas con un hábito colocaban un mantel blanco y bordes rojos en la mesa del gran comedor

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Unas criaturas aladas y vestidas con un hábito colocaban un mantel blanco y bordes rojos en la mesa del gran comedor. Las luces de los candelabros se prendían, dejando notar que ninguna de ellas tenía ojos, solo sus cuencas vacías, mientras que otras los tenían cosidos. Era muy extraño ya que ni siquiera sus pisadas hacían ruido, por lo que el silencio espectral de aquella gran sala resultaba perturbador para cualquiera. Caminaban de un lado a otro para terminar sus tareas debido a que se acercaba una importante reunión. Desde hacía muchos siglos, la mayoría de los Lunares, conocidos en el bajo mundo como los reyes vampiros, se reunía para tratar asuntos sobre sus próximos planes.

Sin embargo, después de la muerte de los hermanos Van Vonter, los lunares tomaron diferentes caminos o regresaron a sus respectivos reinos, como era el caso de Tártaros Vonnes y su esposa Elizabeth Ezrat. Durante los últimos dos siglos, se había encargado de generar criaturas para la guerra que ninguno de los clanes pensaba volver a participar. Y como siempre, él era el más puntual. Las cuatro grandes puertas en cada pared de aquella sala se abrieron, siendo la del lado derecho, por donde entraron Tártaros Vonnes junto a un cuervo en su cabeza y una hermosa mujer de cabello rubio, ojos azules y labios carnosos, con un vestido rojo intenso que resaltaba sus pechos, su cadera y sus muslos; sus pies descalzos y sus manos adornadas con brazaletes de espinas y un discreto tatuaje de serpiente cerca del lóbulo de la oreja derecha.

Ella era Elizabeth Ezrat, la Lunar de sangre o mejor conocida como la "Dama Sangrienta". De naturaleza despiadada y vanidosa. Le gustaba resaltar su belleza y que tanto hombres como mujeres la desearan. Siglos atrás tomó la identidad de Elizabeth Báthory. Aquella mujer obsesionada con la belleza que asesinó y se bañó con la sangre de sus sirvientes para mantenerse siempre bella. Elizabeth fue sentenciada y murió en la soledad. Sin embargo, tomó como recipiente a una bella mujer de Inglaterra, uniéndose de nuevo a su marido.

— No es una sorpresa, ¿verdad querido? — dijo con su dulce voz mientras se arreglaba un mechón que se había salido de su oreja—. Nuestra familia nunca cambiará.

— Supongo que no—le respondió.

Un pentagrama celeste se dibujó en el cielo y de este comenzó a salir nieve.

— Oh, ¡viene tu primo! — dijo Elizabeth sonrojada.

Del pentagrama fue bajando lentamente un hombre alto, de cabello negro azabache hasta debajo de los hombros y una capa blanca que cubría su ropa negra y guantes blancos con incrustaciones brillantes. El hombre se paró en la mesa sin importarle que dejara manchas de lodo y buscó la silla más cercana. Tártaros y su esposa tomaron los asientos frente al Lunar de la nieve, Claude van Vonter, hermano menor de Jonathan y del difunto Dimitric.

— Estás más guapo que antes, Claude—coqueteaba Elizabeth muy sonrojada. La verdad, Claude era bastante guapo y Elizabeth tenía una debilidad por los hombres. Aunque era sabido que tenía una relación abierta con su esposo—. El cabello negro te sienta bien, mejor que el rubio.

Ritual de sangre #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora