Capitulo 2: ¡Hola pequeñita!

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Max corría sin mirar atrás, tan rápido como podía, hasta llegar al centro Pokémon.

Max: *llegando al centro Pokémon* *Alterado* ¡CHANSEY, AUDINO, ¡UNA CAMILLA! ¡ES UNA EMERGENCIA!

Chansey y Audino trajeron la camilla apresuradamente hacia donde estaba Max.

Chansey: ¿Qué sucede? ¿Y por qué llevas a una Glaceon?

Max: Eso no importa ahora. Lo importante es que la ayudemos a recuperarse.

Chansey: De acuerdo *asintió*.

Max colocó a la Glaceon en la camilla y la llevó a una habitación. Primero la examinó en busca de heridas o lesiones, y luego le administró una Hiperpoción para que comenzara a recuperarse gradualmente.

Max: *suspirando* Bueno, esperemos que funcione.

En ese momento, Max solo quería que la Glaceon se recuperara. Además, quería averiguar quién era ese chico. ¿Ya le había hecho daño antes? Y lo más importante, ¿podría ayudar a la Glaceon a superar su pasado?

Max pasó la noche en vela, esperando la recuperación de la Glaceon, mientras atendía sus otras responsabilidades.


3:30 A.M, Ciudad Jubileo


Max abre la puerta donde encuentra a la Glaceon durmiendo. Con cuidado, enciende la luz para no asustarla.

La Glaceon, poco a poco, abre los ojos. Max se coloca a la altura de la camilla donde está la Glaceon para hablar con ella.

Max: *con voz tierna* Hola, pequeñita. ¿Cómo estás?

La Glaceon oculta su rostro por miedo a ser lastimada. Eso parte el corazón de Max, quien comprende que probablemente su entrenador la haya tratado tan mal que no confíe en nadie.

Glaceon: *con miedo* Déjame, por favor. No me hagas daño.

Max: *con compasión* Tranquila, pequeñita. Yo no te haré daño.

Glaceon: *no muy convencida* ¿Estás seguro?

Max: *sonriendo* Claro que sí. Quiero ayudarte.

La Glaceon todavía no confía del todo en Max, pero no tiene otra opción.

Glaceon: *confundida* ¿Cómo llegué aquí?

Max: Bueno, cuando ese chico te noqueó, salí y le dije que te dejara en paz. Peleamos un poco, pero al final logré ganar y te traje aquí para curar algunas de tus heridas básicas.

La Glaceon parece estar un poco más tranquila, aunque aún tiene algo de miedo.

Glaceon: *aliviada* Muchas gracias por salvarme.

Max: No me gusta que lastimen a los Pokémon. Ellos también sienten. Por cierto, ¿por qué huías de tu entrenador?

La Glaceon simplemente baja la cabeza y no dice nada. Max se da cuenta de que ha tocado una fibra sensible sin querer.

Max: Está bien, no te presionaré. Solo quiero que te sientas bien mientras te recuperas, ¿de acuerdo?

Glaceon asiente con la cabeza. Max le dice que regresará en un momento, que tiene que atender a otros pacientes.

Mientras camina, reflexiona sobre por qué la Glaceon no quería hablar sobre lo que le pasaba. No lo comprende, pero sabe que tendrá que esperar a que ella decida compartir lo que sucede en su interior.




Glaceon: Un rayo de luzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora