3: Un par de tragos

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˂˂ Jorge dio un paso hacia atrás, mirando a los ojos vivaces de Richard, no podía creer la connotación de sus palabras, hasta hace poco, él y Richard no habían sido más nada que simples cuñados, y aunque la muerte de Liliana les había dado un fuerte golpe a los dos, parecía que su cuñado lo había superado fácilmente.

-¿Qué crees que estás diciéndome? – le preguntó con dureza y tristeza en su mirar. – Acaso ¿te estas burlando de mí?, ¿Liliana no significo nada para ti?

-No me malinterpretes, Jorge – le pidió el hombre avanzando unos pasos hacia su persona – Yo quise mucho a tu hermana, pero ahora, sabiendo que incluso mi vida está en peligro, que la tuya también puede estar, siento que si no te lo digo ahora, quizás pierda la oportunidad de hacerlo alguna vez.

-Richard…yo…

Jorge bajó su mirada al piso, no sabía que pensar, el hecho de que su cuñado le confesara que tuvo sentimientos por él durante todo el tiempo que duró con Liliana, le hacía sentir extraño, hasta hace poco eran cuñados, hasta hace poco su hermana estaba viva, hasta hace poco su plan iba como la seda.

Alzó la mirada y le mostró una sonrisa débil a Richard, avanzó unos pasos hacia él y lo abrazó sintiendo la fuerza de los brazos del otro estrujarlo con anhelo. Tendría que darse el gusto, luego, lo mataría al igual que hizo con la perra de Liliana. ˃˃

-¡¿QUE?! No puede ser.

Naruto volvió a releer el último párrafo y abrió los ojos como platos. ¡No podía ser!

-Jorge es el malo – pronunció Naruto anonadado – ¡El muy maldito mató a su hermana!, y yo que pensaba que el idiota de Jorge era un ángel.

Naruto se dejó caer de golpe en la cama y miró el techo pensativo, levantó el libro y observó la portada, color marrón con una sonrisa un tanto macabra de fondo y una lluvia de plumas alrededor, encima de esto, el título del libro.

-Apnea – leyó en voz alta.

Dejó caer el libro en la cama y se incorporó de golpe, y frunció el ceño. Él nunca había sido un fanático de los libros, ni mucho menos, es más, jamás le gusto leer de amucho, pero ahora, con el libro que Sasuke le presto hace una semana, con el libro que él mismo escribió, inevitablemente se había sentido muy atraído por el carácter policiaco con el que Sasuke dirigía el libro, en especial por como el asesino había pasado inadvertido a sus ojos.

Tomó el libro nuevamente y verificó que ya solo le quedaban dos capítulos, por leer, y dejándose llevar, terminó por finalizar el libro en una hora aproximadamente.

Al leer la palabra “Fin” inevitablemente sintió un vacío y una extraña satisfacción, era como un mar de emociones no tan fácil de descifrar.

Se levantó de su cama, y tal y como estaba, salió de la casa y tocó el timbre de la casa ajena.

Naruto se olió por unos segundos y de manera disimulada las axilas y sonrió al verificar que no tenía ningún mal olor que lo hiciera quedar como un puerco frente a su vecino.

La puerta se abrió y Sasuke se asomó, al ver de quien se trataba y que traía su libro en las manos, abrió la puerta por completo y le permitió entrar.

El rubio observó el cabello un poco desordenado del Uchiha, la camisa de mangas largas color azul que le quedaba un poco ancha y los shorts cafés hasta la rodilla, que le quedaban muy bien, sin duda Sasuke era uno de esos hombres que se vería bien con todo.

-Buenas tardes, Sasuke – saludó Naruto adentrándose en el interior de la casa, la cual, había estado visitando mucho últimamente.

-Buenas tardes – saludó el azabache.

Mi nuevo vecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora