Un maullido leve le hizo girar la mirada.
Navegante se encontraba sentado sobre la alfombrilla de la puerta trasera, maullaba cada vez que quería entrar a casa, como pidiéndole permiso para estar dentro de esta y así no molestarlo.
Sasuke ya se había acostumbrado a la presencia del minino, era divertido tenerlo como compañía, no era muy ruidoso, pero estaba allí, acompañándolo. Era incluso bueno tenerlo cerca de él cuando estaba escribiendo algún capítulo que le costaba, pues acariciarlo o jugar unos minutos con él lo volvía a relajar y le permitía volver a la escritura sin frustrarse demasiado.
Se puso de cuclillas y le brindó unas caricias suaves con las yemas de los dedos antes de dejarle pasar al interior de la casa para luego buscar algo de comida para gatos y llenarle un pequeño tazón.
Sí, ya estaba tan acostumbrado al pequeño que incluso le tenía un tazón y una bolsa de comida para gatos.
Se lavó las manos luego de servirle al minino y entonces fijó su mirada en la casa vecina. La casa de Naruto.
A Naruto no lo ha visto en una semana, lo intentado llamar y tampoco le contestaba las llamadas ni los mensajes, lo cual le llevó a preguntarse si Naruto estaba enojado con él por lo sucedido la última vez.
¿Le había molestado que le tocara? Pero de ser así, él pudo haberlo detenido en cualquier momento, pero jamás lo hizo, es más Sasuke podría decir abiertamente que Naruto disfrutaba de su toque.
Pensó en afrontarlo directamente, en ir a su casa y tocar su puerta, para poder preguntarle por qué diablos lo estaba ignorando, y que se lo diga de frente, no quiere quedar en malos términos con Naruto, mucho menos que su amistad se rompa.
Después de todo, Naruto le atrae mucho, y molestarlo es algo divertido para él, tan divertido como tocarlo y besarlo.
De repente, vio como una persona se acercaba a casa del rubio en cuestión, y se sorprendió de ver a la maestra Kurenai abrir la puerta de la casa de Naruto. Sasuke notó enseguida que llevaba las llaves del rubio porque tenía un zorrito colgando como llavero.
Movido por la curiosidad, terminó de secarse las manos y luego de fijarse en que Navegante estaba comiendo tranquilamente su purina y que tenía agua suficiente en el otro tazón, salió de su casa, y esperó pacientemente a que Kurenai saliera de la casa del rubio.
Cuando la finalmente lo hizo, después de casi media hora, llevaba una bolsa con lo que parecía ser un cambio de ropa, también algo así como un cargador y quien sabe que otras cosas.
Quizás la había estado mirando demasiado, porque la maestra volteó a verlo y le ofreció una sonrisa llena de calma.
Caminó hacia él sin una pizca de incomodidad y Sasuke también avanzó hasta ella, notando que ciertamente se le empezaba a notar ligeramente el bulto en su vientre.
-Buenas tardes, Sasuke ¿Cómo estás? – le preguntó ella acomodándose un mechón del cabello detrás de su oreja.
-Estoy bien, maestra – le respondió por formalidad – ¿usted cómo se encuentra?
-Oh, muy bien – aseguró con una sonrisa – por ahora el embarazo no me ha tratado mal, y espero que todos los meses sean así.
-Maestra, ¿Que sabe usted de Naruto? – le preguntó yendo directo al grano – no lo he visto en días.
-Oh, Sasuke ¿no lo sabes? – Le preguntó asombrada y en sus ojos podía notar cierta preocupación – pensé que ya te habías enterado.
-¿De qué? – cuestionó de inmediato.
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Mi nuevo vecino
FanfictionDesde que cumplió la mayoría de edad, Naruto ha vivido su vida de la misma manera, trabajando y trabajando hasta que llegó al punto, en que cayó en la monotonía, todo de él, hasta su vida amorosa, que se había quedado estancada hace años, y ahora co...