Si has descargado este libro de alguna página de piratería o de «compartir» archivos pdf o epub, quiero decirte algo:
Entiendo, hasta cierto punto, que si el libro no está disponible en tu país o estás pasando por un mal momento económico, y gastarte 2,99 euros en un ebook es algo que no puedes permitirte, lo descargues.
El mundo está pasando por un muy mal momento en muchos sentidos, y la lectura es una ventana hacia uno nuevo durante unas horas de paz.
Entiendo que disfrutar de la lectura es una de las mayores bendiciones que existen, y comprendo por qué lo has hecho.
Solo te pido que, por favor, si llega un día en el que puedes, lo compres (ya sea en ebook o en papel) y que, si no puedes, me ayudes a difundir con tus palabras los libros en las plataformas digitales como Goodreads, Instagram o en foros de lectura, porque ello también es una manera de apoyar a las autoras y de hacer que nuestras creaciones lleguen a más personas y a más lectores potenciales que las compren.
Tu apoyo cuenta.
Yo también he pasado por malos momentos y, aunque no apoyo la piratería, quiero decirte que no pierdas la esperanza de que los buenos llamen a tu puerta tarde o temprano.
Seguro que lo harán.
Y si puedes comprar el libro sin problemas y está disponible en el Amazon de tu país, pero lo descargas porque quieres, te pido por favor que reconsideres; porque escribir es mi trabajo y a nadie le gusta trabajar gratis (imagino que a ti tampoco) y, aunque suene mundano, tengo que pagarme la comida y el alquiler con lo que escribo y lo que creo con mis manos.
Por desgracia, no se puede sobrevivir y pagar facturas compartiendo cosas gratuitas por Internet.
Te pido que lo entiendas.
Gracias por volver una vez más junto a mí a Aldamar, tierra de magia y maravillas.
Espero que disfrutes de tu viaje.
Recuerda que puedes seguirme a través de Instagram para enterarte de las últimas novedades (@tnhawke).
Un abrazo.
T. N. Hawke (Marta).
P.D.: Todo pasará. No pierdas la esperanza.
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La reina prometida (romance fantástico elfo/humana)
FantasiaMi nombre es Cristina y, hasta hace unos segundos, jamás me habría imaginado que lo de acabar en otro mundo a través de un espejo podía ser real. Hasta que me ha pasado a mí. Desnuda, con frío, y creyendo que debo de haber muerto, no es de extrañar...
