03; 𝑪𝒂𝒓𝒈𝒂𝒏𝒅𝒐𝒍𝒐

6.4K 574 99
                                    

—Pide perdón, no, ruega por ello

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Pide perdón, no, ruega por ello.

Era un furioso Draken alzando del cuello de la camisa a un hombre de por lo menos 25 años de edad, el pobre hombre temblaba y tenía su cara con moretones, enfrente de ellos estaba el rubio más bajo, Mikey, quien tenía una pierna enyesada y una sonrisa tétrica, mientras estaba sentado en el capo del auto del sujeto de 25 años de edad.

El sujeto hace unos días había atropellado a Mikey, quien por consecuencia obtuvo una fractura en su pierna derecha, su mejor arma, por suerte el rubio de trenza pudo ver bien la placa del auto antes de llevarlo al hospital, ¿denuncia? No, ¿molerlo a golpes? Definitivamente si.

Y aquí estan, en el parque de enfrente de la casa del tipo, con Draken después de darle una golpiza, y obligandole a pedirle perdón a su pequeño "amigo", el rubio se dedico a reír un momento por la cara aterrorizada del hombre, Draken lo soltó, ocasionando que el hombre quedara de rodillas ante el rubio cenizo.

Mikey rie de forma sombría, complacido de que su amigo lo vengara.

—Perdón, joven, se lo ruego, déjeme ir.

Estaba siendo humillado, golpeado y amenazado por dos adolescentes que eran como cinco años menos que el, patético, debió obedecer a su madre, ella le había dicho que las carreras clandestinas no eran buenas.

Draken estaba listo para lanzarle una patada a las cosillas, pero su pie paro abruptamente tan solo a unos pocos centímetros de su destino cuando escucho la voz de su pequeño amigo decir :

— Te perdonare...

El hombre sonrió esperanzado, pero Mikey volvió a hablar.

— Después de que sufras lo mismo que yo.

Y esa fue la señal detonante para Draken.

Se escucho un grito, fue un golpe certero, después de las palabras de Mikey Draken había mandado su pie con fuerza sobre la pierna derecha del sujeto, se escucho un crujido y el hombre dejó de estar arrodillado a estar acostado en el suelo, no puede seguir arrodillado con una pierna rota.

Sería una mentira decir que Draken no disfruto hacer eso

— Dejale su móvil al lado, llamara a alguien para que le ayude.

Draken obedeció sin rechistar, y puso el móvil del sujeto a su alcance pero no muy a la vista, para que no corra riesgo de algún robo, lo siguiente que hizo el de trenza fue cargar de frente al rubio más bajo, paso sus manos por los muslos bien rellenos de Mikey y este se sujeto de él, rodeando su cuello con sus brazos y apoyando su cabeza en el hombro del de trenza.

Draken empezó a caminar, mientras que con una mano le acariciaba el cabello al rubio, mientras este jugetea con su trenza, pareciera que no le acaban de romper la pierna a un tipo.

Llegaron a la moto de Draken, Draken se subió con Mikey adelante, no podía correr ningún riesgo con su pequeño amigo, el motor ruge y Draken arranca. Mikey solo se concentra en ni hacer mucho estorbo para que Draken maneje cómodamente, observando a su vez las hermosas calles transitadas, ya que están vacías en su mayoría.

Llegan a el “hogar” de el de trenza, Draken estaciona su motocicleta y se baja, para después volver a cargar al rubio más bajo, se adentro dentro del edificio y suspiro con una sonrisa, tratando de ignorar el olor a sexo que el lugar emana, vivir en un burdel no es muy cómodo cuando estas soltero.

Se dirigieron a la habitación del más alto, cuando llegaron este cerro la puerta detrás de él con una mano, pues seguía cargando a Manjiro de frente, deja al rubio en su cama y saca unos refrescos de lata de un mini-freezer que tiene, le pasa uno al rubio cenizo.

— Gracias, Ken-chin.

Dijo sonriendo, el otro asintió sonriendo igualmente, ama el apodo, cuando el más bajo no lo grita a los cuatro vientos obviamente.

— ¿Y porque no pediste muletas en el hospital, Mikey?

Manjiro sonrió con inocencia recordando como le insistió al doctor en que no le ordenará muletas, era una vaga excusa para que Draken estuviera más tiempo con el y lo cargará más seguido.

Claro que sólo respondió :

— No creí que fueran necesarias, Ken-chin.

— Si claro, enano mimado.

Notas de la escritora :

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Notas de la escritora :

Capítulo extremadamente Corto.

• ¿yo? Yo feliz por el final del universo Canon.

• Perdón por cualquier falla en la ortografía o la redacción, gracias por seguir leyendo.

ᴍɪᴍᴀᴅᴏ•| 𝑫𝒓𝒂𝒌𝒆𝒚/𝑫𝒓𝒂𝒎𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora