Coro

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¿Qué es el perdón?, ¿algo lo cual se debería tomar en cuenta y pretender olvidar o simplemente algo lo cual no se daba pensar?

¿Qué es la miseria?, ¿es algo lo cual se vive o algo lo cual se inflige?

La humanidad al final era quien daba la respuesta a cada pregunta que se generaba con respecto a una nueva circunstancia social.

¿Alguien muere por un asesinato?, es obvio buscar al culpable para detenerlo. Los parámetros humanos y las reglas que se crearon con el paso del tiempo, todo ello llegó a un punto en el cual el foco del mundo era la humanidad, se dejó de pensar hace años que el universo giraba en torno a este.

El centralismo en torno al humano pasó de ser uno que se daba al universo a uno que pasaba en torno a la tierra, al sol al universo, pero el retroceso con el avance de la humanidad dio una consecuencia que solo se reflejó en la vida misma.

El centralismo al hombre había vuelto y con mucha más fuerza ahora.

Shirou no pudo evitar quedarse quieto viendo las calles, el invierno se estaba acercando cada vez más, el frío ya era algo de presencia, pudo verlo ante él.

Personas sentadas en las calles sin ninguna motivación, soldados que solo estaban quietos pasando el poco tiempo que quedaba de aquella invisible paz presente. La paz que por casi un siglo se había quedado en el mundo ahora estaba en el colapso.

¿Pero era indicado decir que hubo paz en algún punto de igual forma?

Shirou caminó y puso un par de billetes frente al hombre que había estado con la mirada perdida en el cielo nublado. El hombre se giró y abrió los ojos con sorpresa ante aquel gesto.

—Será suficiente para cambiar de zapatos y el abrigo, busque algo que pueda ayudarlo —la sonrisa amable de Shirou salió al momento de ver como los ojos del hombre ante él se ponían brillosos. Por la barba desarreglada, el cabello grasiento y largo y la ropa sucia era más que evidente que el hombre estaba viviendo en donde pudiera.

—Gracias —una mano sucia se alzó frente a Shirou en un intento de apretón, la sangre con la tela mal cubierta de una herida era más que evidente en la mano que extendió el hombre. ¿Sangre seca de una herida vieja?

Shirou extendió la mano y no dudó en ningún momento en darle la mano a aquella persona en el suelo, porque al final de todo.

¿Qué había de malo en ayudar a los demás?

Shirou no le dio importancia a nada en su camino hasta la residencia de Luvia. El hecho de que ahora cada país se estuviera preparando para una invasión o para una defensa a escala mayor solo hizo que el ir a cada país se convirtiera en un lío tan grande.

Tenía sus formas de llegar a otro país a pesar de tener "cerradas" las fronteras, el haber estado en contacto con el bajo mundo y los estrados superiores le generó varios contactos que pudo usar para navegar entre los controles estrictos que ahora se habían sentado en el mundo.

—Pareces bastante distraído capitán —Shirou se quedó quieto y se detuvo cuando se giró a unas sillas que estaban afuera, miró el café al que pertenecían las mesas y las sillas y también a la persona que lo había llamado.

—Daybit-san, ha pasado un tiempo —Shirou se giró y miró al hombre que lo había llamado. Daybit Sem Void, un mago que estuvo en la misma rama paramilitar de Estados Unidos en la que había estado.

— ¿Es así?, no parece ni siquiera que haya sido siquiera una semana —la respuesta del hombre fue seguida por un signo que indicaba que se sentara.

Hierro en PlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora