Margen

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Pelo blanco bien arreglado. Su ropa bien planchada y sin ninguna arruga visible, aquello cubriendo una tez pálida que era remarcada por un rostro fino reluciendo dos ojos dorados que casi parecían brillar con la luz que tenía para arreglarse frente al espejo.

Una apariencia "bonita" sería lo que ella podría adjudicarse. Al menos eso fue lo que Olga Marie quiso creer que poseía, después de todo, aún no había recibido ningún cumplido de parte de nadie por su apariencia, fue deprimente en cierta forma. Más la albina se había acostumbrado a algo como eso, no era algo que pudiera evitar.

Ser un fracaso era lo que siempre se le señaló.

No era su culpa que ella no podía ser de utilidad para nadie, incluso si se esforzara al máximo nunca había podido ser reconocida por nadie.

Al menos intentaría esforzarse una vez más hasta que llegue ese día.

...

Era raro escuchar tanto ruido en un lugar como la torre del reloj.

Más era raro ver a alguien tan conocida como Rin Thosaka lanzando algo con lágrimas en los ojos.

Olga Marie solo miró la escena con poco interés. ¿Qué había hecho la persona frente a la heredera Thosaka para que esté en ese estado?

¿No era ese el mayordomo de la heredera de los Edelfelt?

Realmente lo había visto al lado de ambas herederas por mucho tiempo. ¿De qué familia era otra vez esa persona?

Desde que llegó lo único que hacía Lord El Melloi era molestarse y maldecirlo. Por lo poco que sabía fue algún problema del pasado con el Lord y la familia del joven pelirrojo que estaba ahí parado.

―¡¿Crees que no sé cómo terminaras?! ―Olga Marie rechistó la lengua ante el grito constante de Thosaka.

Desde que había regresado al terminar sus estudios en japón, la joven heredera Thosaka no había sido la misma. Una cosa que era más que evidente era el hecho de que aquel joven siempre andaba cerca de ella, bueno, de ella junto con la heredera Edelfelt.

El sonido de una taza romperse hizo que los ojos de Olga Marie giraran hacía la dirección del aquello.

Frente a ambos jóvenes. El chico y la heredera Thosaka, había una mesa con bocadillos servidos al igual que té. Fue curioso ver a alguien que siempre parecía tranquila como lo era Thosaka actuar tan emocional.

La taza que le había lanzado al joven de cabello rojo fue un buen indicio de que las cosas no iban bien.

Olga Marie desvió la vista y pasó de largo la situación que se desarrollaba el jardín. No iba a gastar su precioso tiempo viendo a alguien como ellos dos pelear.

Lo más probable es que fuese alguna cuestión estúpida de romance entre ambas herederas.

No era su problema.

...

Olga Marie miró su diario antes de empezar a escribir.

Agosto del 2005.

                 Padre había comenzado con la investigación para la preservación de la humanidad, no, decir que había comenzado sería una mentira, ahora intentaba poner más voluntad y recursos a la fundación.

                  Aún no tenía forma establecida, las bases estaban puestas, pero aún no había algo lo cual se pudiera establecer como su padre le había mencionado.

Olga Marie se levantó de su asiento y dejó la pluma unos instantes cuando escuchó algo fuera de su habitación.

Saliendo con cuidado vio algo que no esperó ver.

Hierro en PlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora