El Primer Cambio

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Al otro lado del comedor, Harry veía como dos veces al día llegaba un paquete para Draco. Llegaba el paquete y el rubio terminaba rápido de comer y salía con su paquete entre sus manos. Y ese era un motivo para picar más la curiosidad. Quería saber que era ese paquete, que contenía, para que lo usaba. Recordó las palabras de Draco en el baño pero hizo caso omiso y salió del comedor detrás del rubio.

-¿Sabes, Harry? A veces solo necesitas mirar desde otro lugar o desde otros ojos - la voz suave de Luna lo hizo detenerse un poco en su carrera, quería decir algo pero se arrepintió inmediatamente. La rubia sólo le sonrió - o será que ya has mirado todo y no quieres darte cuenta. Dime ¿qué es lo que quieres, Harry?

Esa pregunta se repitió tanto en su mente, y es que no sabía realmente lo que quería. Harry tenía todo lo que alguna vez soñó, quizá no a sus padres, pero si una familia que lo adoptó como a uno más y lo querían sin condición, amigos dispuesto a lo que fuera por él, una novia que lo amaba por quién era él. Pero entonces ¿por qué no se sentía pleno y feliz? Harry no supo en que momento Luna se fue.

Pasaron días. La costumbre no cambió para Harry, seguía a Malfoy por todos lados. Todos se dieron cuenta. Malfoy dejó de salir de su casa, si no era indispensable. Iba a sus clases y al comedor iba dos veces al día. Harry se percató que sólo iba a recibir sus paquetes misteriosos y salía del lugar. En cuanto eso sucedía se iba detrás de él hasta la puerta de Slytherin y se quedaba ahí, por si acaso se decía.

Malfoy dejó de prestarle atención, la ira ya no era un sentimiento que pudiera albergar realmente e inconscientemente empezó a disfrutar la dedicación del idiota que venció para con él. Entre todo el asunto de su estado había llegado a una conclusión y es que deseaba amar a alguien y que fuera correspondido. Nunca pensó en enamorarse, sí quería llegar a amar a su futura esposa o al menos quererla pero con la guerra ese deseo quedo en el olvido. Después vino su situación y sabía que era egoista querer amar y ser amado, pero dentro de sí lo anhelaba tanto.

Y ahora Potter estaba ahí, no existía amor, y aún así este nunca dejaba de mirarlo. Lo seguía, sabía que era para vigilarlo pero...

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