Adios

81 3 0
                                    

Draco hacia mucho que dejó de usar magia. Solo utilizaba un glamour que iba fortaleciendo con ayuda de sus amigos durante el día. Pero más alla de eso, nada. Le dolía. Incluso sostener la varita le dolía.

Esos últimos días, caminar parecía tortura. La desición estaba tomada. No podía aguantar más. Claro que aguanto hasta el sábado que le dijeron que le consiguieron una cita.

Seguía sin entender cómo esto cumplía con su lista. Pero hacía mucho que dejó de preocuparse por eso, a menos que significará molestar a Jake. Eso siempre le hacía sentir mejor. Lo hacía sentir que seguía siendo el Slytherin malvado.

El sabado por la mañana habia despertado con el cuerpo lleno de moretones; parecía que un millón de hipogrifos le habían pasado encima y también se sentía así. Estuvo a punto de no salir de cama. Pero Theo y Ron lo sacaron casi a rastras. Afuera lo esperaban Pansy, Cho y Hermione.

- Bien siéntate para arreglarte. Debes lucir espectacular para hoy. Potter debe estar babeando al verte. - dijo Pansy mientras lo sentaba para enseñarle las opciones de ropa  que había seleccionado.

- Recuerda ser amable.- Le recomendó Cho

- Pansy, Draco bien puede ir con una bolsa de basura y Potter babeará. - Menciono Hermione riéndose de su amigo

- Cierto, incluso puede seguir teniendo su horrible perosnalidad y no afectará en nada. Harry lo verá adorable. - concordó Pansy

- Ustedes dos no ayudan en nada - se quejo Cho cruzando los brazos

- Pero tienen razón, Cho. Harry siempre está viendo como un bobo a Draco. Me sorprende que no tenga un charco de baba siempre a su alrededor cuando están juntos.

- Sí, lo sabemos pero hoy debe ser más especial.

- Oigan, quién irá a esa cita soy yo. Si alguien va a decidir sobre como vestir o comportarse soy yo.

- ¿Entonces aceptas que es una cita?

Draco ya no volvió a hablar. Hasta su cita con Harry, pero su rubor no disminuyó en ningún momento. Su paseo con Harry fue todo lo que había deseado y con ello tomo el valor de hacer lo que haría al día siguiente.

El domingo salió de Hogwarts y se dirigió con ayuda de algunos amigos a la zona muggle para ir a la ciudad de Galway.  Entraron a una pequeña casa donde se despidió de todos, se tomó la poción "el dragón plateado" y con una sonrisa se durmió.

 ¿Qué es lo que quieres? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora