Capítulo veintidós: Ángel negro (Día doce)

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Jennie: ¿qué sucede? ¿quién está ahí?

Entonces entre la oscuridad, apareció ese ángel que se hacía llamar Drazi, su cabello, ojos y vestimenta eran completamente negros, pero su piel era blanca, cuando Jennie lo miro, sintió un escalofrió recorrer todo su cuerpo, lo que más le asusto, fue cuando ella sujeto a _____ de uno de sus brazos, él estaba completamente helado.

_____: ¿qué es lo que quieres?

Drazi: solo quiero cobrar una deuda contigo, no puedo creer que vengas a este lugar a presumir un amor, cuando tu provocaste la desgracia en el amor de otra persona.

Jennie: ¿de qué habla? ¿quién es él?

Drazi: vamos, Cupido... cuéntale... dile quien soy yo... dile que fue lo que hiciste.

_____: yo no hice nada malo...

Drazi: ¿estás seguro? Dime ¿ella sabe que flecha fue la que provoco que creciera este árbol?

Jennie: él solo lanza flechas de amor, no sé quién seas, pero, déjanos en paz.

Drazi: ¿una flecha de amor? Jajaja no, él no lanzó flechas de amor. Vamos Cupido, cuéntale a tu humana, que fue lo que sucedió aquí hace mucho tiempo atrás, cuéntale sobre esa historia con ese estúpido ángel de la guarda.

Jennie: él ya me ha contado lo que sucedió, del amor que existió entre un ángel y su protegida y que ustedes lastimaron con sus flechas de odio, - a pesar de estar muriendo de miedo, no iba a permitir que ese ángel negro la confundiera con sus palabras. –

Drazi: ¿nosotros? No, creo que Cupido no ha sido totalmente honesto contigo, nuestras flechas no sirven para crear odio en los ángeles, sin embargo, las flechas de Cupido... sí.

Al escuchar eso, Jennie miro a _____, esperaba que él le dijera que eso era mentira, que lo que decía ese ángel era una mentira, pero, lo que encontró en la mirada de ______, le decía que todo era verdad.

Jennie: ¿tú fuiste quien lanzo esa flecha de odio contra ese ángel? ¿lo hiciste?

_____: sí, yo lo hice, pero... me lo pidieron, yo jamás lastimaría a nadie, es por eso por lo que vengo a este lugar, esperando que ese ángel me haya perdonado por haberle lanzado esa flecha, por haberlo hecho sentir tanto odio.

Drazi: lo vez, tú fuiste quien le provoco ese odio a ese ángel y de paso arruinaste mi vida.

Jennie: ¿quién eres tú?

Drazi: vamos Cupido, dile quien soy realmente, dile cuál es mi nombre

_____: tú no deberías de existir, tú no deberías estar aquí.

Drazi: fui el elegido por Lucifer para ser tu contraparte, y créeme, me encanto la idea cuando me fue anunciada la noticia.

_____: se supone que tú dejarías de existir para siempre, lo que hiciste fue algo que no merecía recibir perdón.

Drazi: pues ya viste que existe alguien a quien le importa muy poco lo que ustedes crean que se puede perdonar y que no, ahora podré hacerte sentir el mismo dolor por el que yo pase, por culpa de ustedes.

_____: nosotros no hicimos nada, - con cuidado, coloco a Jennie detrás de él nuevamente, necesitaba ponerla a salvo, sabía que iba a ocurrir algo muy malo y no quería que ella fuera lastimada por su culpa. -

Drazi: vamos, di mi nombre.

_____: no...

Jennie: ¿por qué? ¿por qué quiere que digas su nombre?

_____: si lo hago, el odio que siente será mayor, al revelar su verdadera identidad puede provocar el inicio de algo malo, y te puedo poner en peligro.

Drazi: di mi nombre, o esa humana será la primera en morir.

_____: no dejaré que le hagas daño, - entonces hizo aparecer sus alas, dejando a Jennie fuera de la vista de ese ángel negro. –

Drazi: ¿de verdad crees que puedes hacer algo con cubrirla? Bien sabes que no podrá funcionar eso conmigo, - entonces entre sus manos hizo aparecer una pequeña lanza, - di mi nombre, si no lo haces, entonces comenzaré a jugar... con ella, - su mirada se fijó en dirección a Jennie. –

_____: no lo voy a permitir, - ahora él hizo aparecer un escudo, pero, por alguna razón, el escudo desapareció inmediatamente de sus manos, - ¿qué? pero ¿por qué? -no podía entender lo que estaba sucediendo, - ¿Por qué desapareció?

Drazi: al parecer tus amados arcángeles... te han abandonado, - apunto y lanzo su arma en contra de ellos, pero, _____ con rapidez la esquivo, aunque esa lanza logró rozarlo en uno de sus brazos, - no puedes aparecer armas, pero veo que tus habilidades aún no han desaparecido, dime ¿hasta dónde podrás soportar?

Jennie observo la herida del brazo de _____, aunque parecía muy pequeña, se dio cuenta de que comenzaba a expandirse un color negro alrededor, y eso no le gustaba.

Jennie: tienes que curarte, hazlo.

_____: no puedo, si un ángel negro me lastima... yo no puedo curarme.

Jennie: ¿qué? No, no me digas eso, entonces... hay que huir, no podemos quedarnos aquí.

Drazi: ¿huir? Jajaja humana tonta, ahora ya no pueden ir a ninguna parte, lo único que queda es el final de uno de los dos, y él lo sabe.

Jennie: no... eso no es verdad.

Drazi: di mi nombre... Cupido, - hizo aparecer otra lanza, - vamos, dilo.

Jennie: por favor, ya basta...

_____: deja que ella se vaya.

Drazi: di mi nombre... y quizás le pueda perdonar la vida a esa mujer.

_____: deja que se vaya...

Drazi: ¡DI MI NOMBRE! – al gritar su voz se escuchó con tanta fuerza que hizo que Jennie se cubriera los oídos y se dejará caer al suelo, al mismo tiempo que había lanzado un grito de miedo. –

_____: JIMIN... TÚ NOMBRE ES JIMIN, - no tuvo más remedio que hacer lo que ese ángel negro le exigía, y ante la mirada de él y de Jennie, ese ángel extendió sus enormes alas negras, y sus ojos tenían un negro aún más intenso. -

Cuando Jennie escucho ese nombre, recordó lo que _____ le había contado, sobre el humano que había asesinado a esa chica, a la protegida de ese ángel de la guarda, del porque no le había dicho su nombre cuando le había contado esa historia, ahora comenzaba a entender porque ese ser oscuro odiaba tanto a los ángeles, él había sido ese hombre en el pasado, pero no quería que nada le sucediera a _____, no lo quería.

Jimin: ahora... vamos a terminar con esto de una vez por todas, ven, es hora de jugar un poco... Cupido.

_____ se colocó en guardia, sabía que eso terminaría con el final de alguno de los dos, y lucharía para poder acabar con Jimin, y quizás, solo quizás, así poder tener el perdón por lo que había hecho en el pasado. A pesar de que le habían dicho que no había sido su culpa y que hacer lo que hizo fue necesario, él jamás se había sentido tranquilo, lanzar esa flecha de odio... siempre lo había sentido como un gran error.


CUPIDO: Un ángel diferente (Jennie & Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora