Día uno: Harry Potter A.U.

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"Lo haces bien, Kyojuro".


"Es deber de los fuertes proteger a los débiles".


"Tener un hijo tan fuerte y gentil fue una bendición. Gracias por ser mi hijo".


"Inútil. Todo lo que hacen es inútil".


"¡Hermano!".


"Me gusta el daikon con salmón".


"No me mires, Rengoku-san".


"También me gustas".


"¡Nezuko es diferente!".


"¡Conviértete en demonio, Kyojuro!".


"¡¿No hay alguna forma de detener el sangrado?!".



Esa última imagen y el sonido de los sollozos de esos jóvenes desconocidos lo hicieron despertar con el cuerpo repleto de sudor y un insoportable dolor por todo el cuerpo, especialmente en el estómago.

Kyojuro se tomó el tiempo para estabilizar su respiración, evitando las lágrimas por las imágenes tan vívidas de su sueño.

—¡Kyojuro! —la potente voz de su padre se escuchó detrás de la puerta de su habitación —se te hará tarde. Tu madre ya tiene el desayuno listo.

Dio una gran bocanada de aire, para responder lo más normal posible:

—¡Estaré listo en un minuto!

Espera ser lo suficientemente convincente para no hacer sospechar a su padre. No quiere molestarlo ahora que ha estado tan ocupado con la ceremonia de los recién ingresados a Mahoutokoro*.

Pero parece no ser lo suficientemente bueno, debido a que su padre se queda en silencio, seguido del rechinar de su puerta siendo lentamente abierta. La preocupada expresión de su padre hace acto de presencia y no puede evitar comparar al preocupado y gentil hombre frente a él, con el hombre grosero y alcohólico de sus sueños.

Desecha ese pensamiento tan pronto como llega.

—¿Te sientes mal? Podemos faltar a la ceremonia.

—¡Estoy bien, padre! —dijo. Lo dice en serio, sus extraños sueños no impedirán que ambos asistan. Su padre aún no parece convencido, puesto que le da una larga mirada, Kyojuro no la evita, su padre necesita saber que en realidad está bien, que todas esas extrañas personas y algunas muy familiares no son más que otro producto de sus extraños sueños, junto con la extraña añoranza al recordar los ojos azules más bonitos que ha visto.



———————



No sabe cómo convenció a su padre y logró pasar a su madre, aunque por la mirada recibida antes de partir junto a su padre, sabe de la posible conversación que tendrán en algún momento.

Ahora en el gran salón las mesas parecen interminables, su emoción eclipsa por completo los sentimientos negativos de sus más recientes sueños. No todos parecían tan emocionados y los murmullos a su alrededor parecían incrementar conforme más avanzaba al salón.

Kyojuro sabe que ha venido de una larga generación de magos, incluso antes de descubrir la magia en Japón, su familia siempre perteneció a esa rama, pero en ese entonces no lo llamaban magia.

—¡Qué extravagante apariencia! — escuchó desde su lado izquierdo. Un chico alto y algo robusto le sonreía con calidez, provocando un extraño sentimiento. Sin pensarlo sonrió de vuelta con la misma intensidad.

—¡Es todo un placer y podría decir lo mismo de ti!

El extraño soltó una carcajada, llamando la atención de algunos otros a su alrededor. Pronto la conversación fluyó sin problemas. Kyojuro siempre fue extrovertido y sus padres lo educaron para ser amable, podía mantener una conversación cordial con cualquiera, pero con ese extraño (Uzui Tangen, se repitió mentalmente, saboreando el nombre tan familiar y desconocido al mismo tiempo) parecía no querer parar.

Pronto la ceremonia dio inicio, muy a su pesar ambos guardaron silencio, observando los últimos rayos de sol ocultarse, pronto los árboles de Sakura parecieron emitir una luz tenue para iluminar el jardín, formando un camino directo a un gran lago cristalino rodeado de glicinas. Dónde varias personas los esperaban, de estrés ellas, su padre ahí con una sonrisa tenue pero sincera.

Los demás alumnos a su alrededor pasaron uno por uno, dando lugar a una de las cuatro casas de Mahoutokoro. Al llegar el turno de Kyojuro fue con pasos firmes y la cabeza en alto hasta el borde del lago, con respeto se arrodilló para poder ver su reflejo en el lago, las golosinas a su alrededor se tiñeron de un brillante rojo que se reflejó en el lago.

—¡Suzaku! —alguien gritó, pero algo en las glicinas lo hizo detener cualquier movimiento para retirarse. En su reflejo el uniforme rosa tradicional de los recién ingresados desapareció, para dar paso a un uniforme negro acompañado de un haori blanco.

—¿Estás bien, Kyojuro? — la voz de su padre lo obligó a despegar la mirada del reflejo.

—Sí.

Kyojuro observo y trato de aprender los nombre de sus futuros compañeros, hasta que una cabellera negra y desordenada captó su atención junto a una de color salmón. Algo en su pecho dolió y sintió una inexplicable sensación de anhelo. Cuando llegó el turno del desconocido dejó de pensar con claridad y se acercó con paso decidido al confundido chico de preciosos ojos azules.

—Los mismos de mis sueños — soltó sin ninguna restricción, tomando las manos del desconocido — ¡Mi nombre es Kyojuro Rengoku! ¡Por favor, dime tu nombre!

Las mejillas del desconocido adquirieron un lindo color rojizo, provocando un violento latido en el corazón de Kyojuro, sin embargo no puedo admirar al desconocido, puesto que el chico de cabello color salmón se plantó frente de Kyojuro, bloqueando la vista.

—¡¿Qué demonios quieres?!

—Sabito, está bien.

Sabito parecía dispuesto a iniciar una confrontación, sin importar el lugar donde estaban. Antes de que las cosas pudieran avanzar observó a uno de los maestros tomar a Sabito del cuello de la camisa, arrastrándolo junto a los demás de la casa Seiryu, el lindo desconocido fue tras ellos con clara preocupación. Sus piernas lo invitaron a seguirlo, pero el tirón en el cual lo de su camisa lo hizo detenerse, al mirar arriba, la amable expresión de su padre se transformó en un ceño fruncido, visiblemente enojado.

—Regresa a tu lugar, Kyojuro.

El tono de voz no daba lugar a discusiones, así que sin más, regresó junto a un divertido Uzui.

—¡Qué espectáculo tan extravagante!

Finalmente dijo, después de detener una risa. La sonrisa burlona fue reemplazada por una nostálgica.

—Parece que algunas cosas no cambian.




———————

*Mahoutokoro: la única escuela de magia en Japón.

No hay mucha información oficial de Mahoutokoro, por lo que me tomé ciertas libertades a excepción de las casas, el fandom adopto a las cuatro bestias sagradas.

Suzaku: Representada por el Ave Fénix, guardián del sur.

Genbu: Representada por una tortuga y una serpiente, guardián del Norte.

Byakko: Representada por un gran Tigre Blanco, guardián del Oeste.

Seiryu: Representada por un gran dragón de color azul, guardián del este.

RenGiyuu week.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora