Día seis: Kink

246 29 26
                                        

Este capítulo es como el complemento del capítulo anterior.

Advertencias:

•Ligero contenido sexual.
• Ligero SabiGiyuu.
•Y mucho cringe.

Trate de hacer lo mejor que pude con este día, pero no tengo experiencia escribiendo contenido +18.

———————

Kyojuro tuvo suerte de nacer en una familia funcional y amorosa. Su madre, una mujer tranquila y de buen corazón le enseñó y motivó a ser fuerte, su padre un hombre amable y perseverante le enseñó el valor del trabajo duro. No pensó en una manera de ser más feliz hasta la llegada de su hermano menor.

Gracias a la crianza de sus padres no tuvo problemas en hacer amigos, sus calificaciones siempre fueron buenas y desarrolló un gusto peculiar por la historia gracias a su extenso árbol genealógico.

Quería compartir su pasión con los demás, por ese motivo se convirtió en maestro. Cultivar las mentes jóvenes para ser mejores, enseñando los errores de los antepasados siempre fue una excelente motivación.

También estaba feliz de verlo casi todos los días.

Para Kyojuro, Tomioka siempre fue un enigma desde que lo vio en el dojo de su padre. Al parecer empezó a trabajar ahí a corta edad, su padre estaba escéptico a darle el empleo, pero al final aceptó gracias a la influencia de su madre.

Desde ahí lo noto en los descansos o prácticas en su escuela, era un chico introvertido y lindo. Había varios estudiantes detrás de él, pero ninguno logró pasar la barrera invisible de su indiferencia, excepto el estudiante transferido: Sabito.

Nunca supo cómo lo hizo, tampoco supo el contexto extraño de su relación, porque algunos susurros indiscretos afirmaban ser algo más que amigos, hasta que los vio una tarde de invierno. Kyojuro se había quedado a limpiar su salón de clases, al estar a punto de irse escuchó ruidos extraños en el salón continúo.

—Sa- Sabito, aquí no — escucho la voz dulce del adolescente de cabello negro.

En respuesta, una risa suave apagó cualquier palabra de Tomioka.

—Está bien, pero no escaparás llegando a casa.

—¡Sabito!

Curioso, Kyojuro asomo la cabeza por la puerta entre abierta, observando a Tomioka sentado en el escritorio del profesor con las piernas abiertas y Sabito entre ellas. Tal vez las cosas hubieran acabado en ese momento, pero sus traicioneras piernas no cooperan al ordenarles moverse.

¡Sus padres no le enseñaron a ser un fisgón!

—Sa- Sabito.

Los jadeos de Tomioka lo sacaron de su pelea interna, observó las mejillas rojas del adolescente y observó cómo sus piernas aprisionaban la cintura de Sabito, quién besaba su cuello con devoción y sus manos jugaban con el cuerpo contrario debajo de la camisa.

¡¿Cómo vería a su amada madre a los ojos o a su padre?!

Ese fue su aparente despertar sexual al correr al baño y encargarse de un problema entre sus piernas.

———————

Las piernas a su alrededor lo hicieron sacar del éxtasis. Tomioka pidiendo aumentar el ritmo de las embestidas solo lo hizo sonreír, recorriendo el cuerpo contrario con las manos sobre ese viejo escritorio donde las clases era impartida y cualquiera pudiera verlos al abrir la puerta, pero eso solo lo hacía más divertido.

—Kyojuro.

Ignoró el llamado, saliendo de su interior, tomó ambas manos, amarrándolas con la corbata de su uniforme ahora arrugado y desecho.

—Kyojuro.

Admiro la pálida piel cubierta de sudor, junto a esos hipnotizantes ojos azules nublados por el placer. Quería marcarlo, reclamarlo cómo suyo.

—¡Kyojuro, se te hará tarde!

La voz de su padre lo despertó.

———————

Le tomó una semana tener el valor de volver a ver a Tomioka, aún junto a Sabito y Makomo, los tres eran muy cercanos. Pasó sus años escolares admirando a Tomioka desde lejos.

Incluso escucho planes para una futura boda luego de graduarse, Kyojuro ignoró el dolor y deseo genuinamente la felicidad de ambos.

Hasta que no los vio más. Ahora Tomioka caminaba sin rumbo fijo, sin la compañía de los hermanos. Sus preciosos ojos opacados por una gruesa capa de tristeza, no sabía que había pasado y ya no tuvo el tiempo de volverse cercano a él, porque estaban a punto de finalizar su vida escolar.

Para la desgracia o fortuna de Kyojuro se topó con su primer amor en su trabajo. Su belleza había aumentado con el tiempo, pero sus ojos seguían igual a la última vez que los vio. Ahora tenía la oportunidad de acercarse, de volverse su amigo y un posible confidente, pero siempre recibía negativas.

Sin embargo Kyojuro siempre fue conocido por su terquedad, no se rendiría tan fácil, incluso con la insistencia de Shinazugawa e Iguro de no valer la pena.

Hasta que todo estalló. La repentina respuesta de Tomioka a Shinazugawa dejó a todos con la boca abierta. Tomioka siempre fue conocido por su pasividad con los constantes tratos rudos del profesor de matemáticas.

Lo persiguió porque estaba preocupado, porque nunca lo había visto arrepentido y porque el amor infantil seguía ahí.

Y lo entendió todo al ver las lápidas frente a la figura de Tomioka.

Sabito y Makomo.

Oh, en ese momento Kyojuro se prometió cuidar y amar a la persona frente a él, aún cuando nunca fuera correspondido, porque Kyojuro nunca pudo competir con Sabito.

RenGiyuu week.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora