—Bien, el asunto está resuelto. —anunció Sevika, entrando a la oficina después de que Silco le diera su permiso.
—¿En verdad, tan pronto? —preguntó Silco, observando por el ventanal que estaba detrás de su escritorio —No creí que confiarías tan pronto en ese sicario.
—No lo hice. —aclaró la mujer mientras se sentaba en su lugar de siempre —Al parecer es más común de lo que parece que duden de sus habilidades. Insistió en que le diera una tarea menor con la que pudiera demostrarme de lo que es capaz.
—¿Y bien? —preguntó mientras se sentaba en su silla.
—Le pedí que cazara a uno solo de esos mocosos; tiene hasta antes del anochecer para venir aquí con pruebas de que cumplió con su trabajo. —ante la mirada de incredulidad que le dirigió Silco, agregó —No fue mi idea; ella insistió que, de hecho, le sobraría tiempo, a pesar de que acordamos reunirnos a las orillas del río para estar en una zona neutra y tardará bastante tiempo en volver a la región poblada. Además, tendrá que peinar toda la zona, y no será rápido.
—De acuerdo, veremos si su confianza está justificada.
—Por el precio que acordamos, seguro que dará su mejor esfuerzo. Acordamos que le entregaría la otra mitad si cumplía con el trabajo, o ella me devolvería el doble si fallaba.
Silco iba a preguntar sobre la tarifa del sicario, pero un llamado a la puerta de su oficina hizo que ambos dejaran su conversación de lado, al menos por el momento. Uno de sus hombres entró después de que le diera permiso, y saludó con un gesto a su jefe, antes de dirigirse a Sevika.
—Hay alguien que te busca. Dice que viene por el pago que le prometiste por un trabajo.
Sevika y Silco intercambiaron una mirada, antes de que el jefe le indicara que dejara entrar a esa persona y que se fuera para que hablaran a solas. El enorme hombre salió del lugar, e inmediatamente después alguien más se adentró en la oficina. Silco la observo en silencio por un rato, mientras ella parecía hacer lo mismo; por su complexión parecía ser una mujer joven, tal vez demasiado delgada a pesar de su trabajo (pero Silco mejor que nadie sabía que un cuerpo imponente no era algo necesario para ser poderoso).
Ella tenía puesta una máscara negra, que representaba el cráneo de algún ave, negra y brillante, con la punta del pico plateada y terminada de forma afilada en dirección a su barbilla, con unos enormes ojos negros y profundos, que no dejaban ver la verdadera mirada de la persona; debajo de esa mascara se adivinaba un filtro de aire, dorado e igual de brillante que la máscara principal. Vestía una blusa de mangas largas, y encima de esta un corsé de metal dorado solo en la parte de la cintura, que definía su delgada complexión, resaltaba su generoso busto y además servía como armadura; usaba unos amplios pantalones tipo cargo llenos de bolsillos y que eran detenidos por un cinturón repleto de armas, y en sus pies calzaba unas pesadas botas que se perdían por debajo de la amplia pierna del pantalón. En cada una de sus manos enfundadas en guantes de cuero negro llevaba un saco de tela. Toda ella estaba cubierta de negro, con apenas algunos detalles de brillante metal plateado y dorado.
La muchacha dirigió su rostro por unos segundos más a Silco, mientras secretamente evaluaba todo el lugar. Una vez satisfecha con la revisión, y casi segura de que ese día solamente trataría sus negocios de forma diplomática, se dirigió a Sevika, tendiéndole el saco que sostenía en su mano izquierda.
—Espero que el trabajo sea de su agrado. —dijo, con una voz distorsionada por el modulador de voz de su máscara.
Sevika, aún escéptica, abrió el costal, y después de evaluar su contenido metió su mano para sacarlo y mostrárselo a su jefe. Silco observo con gesto imperturbable esa cabeza cercenada, de un joven con tatuajes en el rostro, el lado izquierdo de la cabeza rapado, y el resto del cabello negro detenido en muchas pequeñas trenzas, y de cuya garganta aun escurrían algunas gotas de roja y caliente sangre.
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Prey & Predator (Silco X Tú)
FanfictionLos Firelights comienzan a ser una verdadera molestia para los negocios de Silco, el hombre más poderoso y peligroso de Zaun. Por esto, Sevika (su mano derecha en el negocio) logra convencerlo de contratar a un sicario que se deshaga de ellos. A...