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—Creí que Silco te había dicho que descansaras.

A pesar de lo dicho por Sevika, Hawk continuó golpeando el poste metálico recubierto apenas y por unas cuantas capas de tela, mientras que Jinx estaba haciendo algunas abdominales sosteniendo todo el peso de su cuerpo con las piernas colgando de una barra transversal.

—De hecho, —ella jadeó, aún golpeando y pateando el poste —el Jefe dijo... que volvería a trabajar... cuando mis heridas sanaran. —le dio una última patada al poste antes de detenerse para voltear a ver a la morena —Pero no dijo nada sobre seguir entrenando.

—Pues parece que te gusta estar lastimada. —repuso la mayor, viendo las vendas llenas de sangre que cubrían los nudillos de la sicaria.

—Deja de arruinar la diversión, ogro. —exclamó Jinx.

Las mayores la ignoraron, de modo que Jinx se limitó a sentarse en el suelo para descansar.

—Sevika... Lamento haberte atacado el otro día. —dijo la sicaria de forma suave, al tiempo que bajaba la cabeza —Puedes golpearme por eso, si quieres.

La morena la observó el silencio por unos segundos antes de cruzar sus brazos sobre su pecho y recargar su espalda en la pared detrás de ella.

—A quien debería golpear es a ese bastardo. —replicó la morena.

Hawk iba a responder algo, pero al notar el enojo en el rostro de Sevika y detectar la seriedad con la que estaba hablando, decidió que lo mejor en ese momento no sería tratar de aligerar el tema restándole importancia o bromeando, de modo que se limitó a recargarse en la pared al lado de Sevika.

—Lo siento, por todos los problemas que causé. —susurró la sicaria, al tiempo que se quitaba la máscara que cubría sus ojos.

Sevika observó esos ojos púrpura, que estaban llenos de culpa y no se atrevían a verla directamente, antes de encender un porro entre sus labios.

—No tienes que disculparte, tienes que recuperarte y volver a tu trabajo de siempre lo antes posible. —dijo la morena, tendiéndole el porro a la sicaria.

______ aceptó el porro en silencio, colocándoselo en los labios mientras veía a Sevika sacarse otro porro para sí misma; mientras sentía como el humo se acumulaba dentro de su boca, la muchacha no pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa, al saber que esa forma de hablar y actuar por parte de Sevika seguramente era lo más cercano a la preocupación que la morena se permitiría expresar frente a ella.

—De acuerdo, me iré a descansar. No quisiera ser una carga para ti y Silco.

—No dije que seas una carga. —replicó la morena.

—Por ahora no... Pero no quiero que termine pasando lo mismo que con Kiliç. —dijo ______ suavemente al tiempo que bajaba su mirada al suelo.

—¿En verdad vas a compararnos con él? No somos blancas palomitas, pero me parece recordar que nunca te hemos golpeado ni insultado de esa forma.

______ rió por lo bajo, y a Sevika le pareció ver que lágrimas rosas se formaban en las esquinas de sus ojos, aunque la menor las ocultó tras el humo de su cigarrillo.

—Lo sé, no quería compararlos con esa sucia rata... En realidad él nunca me trató bien, siempre me golpeaba cuando hacía algo que lo molestara; aunque, por otro lado, supongo que debo agradecerle porque, si él no me hubiera hecho trabajar desde muy joven, ahora seguramente no sería tan hábil, y ya estaría muerta o algo así.

—¿Él te hacía pelear por dinero? —preguntó Sevika, recordando que la menor le había mencionado algo parecido hacía tiempo.

—Sí. Cuando perdía las peleas o no ganaba el dinero suficiente en las apuestas, me hacía ir a ganar más dinero en los prostíbulos... Y yo tenía que repetir todo cuando él se terminaba el dinero en alcohol o apuestas.

Prey & Predator (Silco X Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora