Prey & Predator (Silco X Tú)

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ATENCIÓN: ÉSTE CAPÍTULO SERÁ EXCLUSIVAMENTE DE CONTENIDO ERÓTICO. SI NO TE GUSTA LEER ÉSTE TIPO DE CONTENIDO PUEDES ESPERAR A LA PRÓXIMA ACTUALIZACIÓN, YA QUE NO SE TRATARÁN TEMAS QUE SEAN NECESARIOS PARA ENTENDER LOS SIGUIENTES CAPÍTULOS DE ÉSTE FANFIC, AUNQUE SÍ QUIERO ACLARAR QUE AHONDAREMOS EN LOS SENTIMIENTOS DE AMBOS PERSONAJES PRINCIPALES.

Apenas cerraron la puerta detrás de ellos, Silco rodeó a ______ con sus brazos, obligándola a darse la vuelta para atrapar sus labios contra los suyos. A pesar de todo, de la brusquedad, casi violencia con la que Silco acariciaba su cuerpo entero sobre la ropa y mordía sus labios, ______ se dejó hacer, realmente complacida por el trato, en realidad.

No eran unos chiquillos hormonales, por lo que tuvieron el suficiente autocontrol, y después de que Jinx los interrumpiera de su reencuentro habían tenido que pasar un par de horas más en la oficina de Silco en La última gota, mientras ______ lo observaba en silencio y Silco se esforzaba más que de costumbre para terminar pronto con todo el papeleo. En algún momento de la tarde Sevika había entrado en la oficina, y le bastó con reconocer el sonriente rostro de la ex-sicaria, quien la observó recostada en el sofá que normalmente usaba la morena, para entender que por fin todo estaría bien. Y Sevika estuvo realmente aliviada de tener la razón, cuando Silco le ordenó que avisara a los guardias que no tenían que seguir buscando a la persona que se había infiltrado en el bar, y que ella podía irse a casa temprano, después de asegurarse de que Jinx se quedara en su departamento o en su guarida.

Mientras Silco trabajaba, ______ se dedicaba a pensar en sus asuntos. Al menos había podido comprobar que Sevika tenía razón, y Silco también sentía atracción por ella; ciertamente no temía a que algo pudiera salir mal en lo que fuera que ocurriría entre ellos: ambos eran bastante independientes, capaces de manejar sus propios asuntos, y ciertamente eran compatibles tanto en su forma de pensar como en su forma de expresarse deseo... Tal vez ambos podían ser demasiado volátiles, pero confiaba en que era apenas un pequeño detalle que ambos podrían manejar.

______ realmente había sido feliz mientras hablaba con Jinx, sobre todo al notar lo emocionada que estaba la peliazul por volver a tenerla ahí. Sin embargo, vaya que había sido problemático deshacerse de ella cuando a ambos les bastó una mirada para saber que necesitaban de un momento a solas, por eso habían querido asegurarse de que Jinx no volviera a interrumpirlos, y cómo medida preventiva adicional Silco había decidido llevarla a su casa, donde Jinx sabía que no debía presentarse a menos que la llamaran.

La peliblanca se había guardado sus pensamientos, pero ese gesto más que lo que sabía que iban a hacer era lo que la había conmovido, ya que podía sentir cuán personal era para Silco que la dejara entrar a su espacio vital, donde más vulnerable se encontraba.

Volviendo al momento, ambos se acariciaban y frotaban sus cuerpos lentamente, disfrutando de cada sensación, cada cosquilleo, de cómo la temperatura a su alrededor aumentaba cada vez más. El toque de los dedos de Silco sobre su cintura ardía, la hacía sentirse cada vez más desesperada por quitarse la ropa y dejar que él la devorara por completo; por eso, ______ apenas y le dirigió una corta mirada al lugar, antes de comenzar a dirigir sus pasos hacía un sofá cercano. Silco la dejó hacerlo, aunque mantuvo su presión contra el cuerpo de ella, manteniéndola apresada entre su pecho y erección, y la pared a espaldas de ella.

Una vez que llegaron a su destino, ______ hizo que Silco se sentara lentamente en el sofá; en cuanto se separaron, sintió que el ambiente era demasiado frío, su piel se sentía demasiado sola, sus labios hinchados y húmedos rogaban por más caricias, por lo que se apresuró a quitarse la ajustada chaqueta y dejarla caer en el suelo junto con su camiseta de tirantes, antes de sentarse en las piernas de Silco, de frente a él.

Inmediatamente Silco aprovechó éste movimiento, regando un camino de besos desde la quijada de la muchacha, bajando lentamente hasta sus senos aún cubiertos por el sostén, mientras que con una mano le acariciaba el otro seno y con la otra la sostenía por la cintura, acariciándole la espalda con pequeños círculos de su pulgar.