Prey & Predator (Silco X Tú)

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______ observaba distraídamente todos los adornos valiosos que llenaban ese recibidor; más por costumbre que por verdadero interés, la muchacha estimaba que tan sólo con las pinturas, estatuas y los muebles, la mayor parte de todo adornado con joyas y oro, podría juntar más del doble del valor que todo lo que le había pagado Silco. Tomando en cuenta que ese había sido el mejor pago que había recibido en toda su vida (Silco le había enviado su dinero justo antes de que ella saliera de Zaun), la chica ya podía empezar a hacerse a la idea de que no estaba tratando con cualquier persona.

Sin embargo, estaba completamente segura de que tardaría mucho tiempo antes de poder hacerse a la idea de que ahora todo eso supuestamente le pertenecía.

—Marianne, querida, lamento haberte hecho esperar.

Además, al parecer también tendría que acostumbrarse a tener un nuevo nombre; al principio no reconoció que la mujer morena le estaba hablando a ella, pero en cuanto notó que se acercaba hacia ella con una sonrisa, se limitó a suspirar y tragarse sus quejas sobre que ella no era "Marianne", antes de levantarse del sofá donde había estado sentada.

—Yo debo disculparme por haber venido tan temprano.

______ aceptó el abrazo que le dio la mujer, aunque no pudo evitar tensarse por la incomodidad, ya que no estaba acostumbrada a que los demás se le acercaran a menos que fuera para atacarla o utilizarla como satisfacción sexual (la excepción había sido Jinx, pero esa niña no conocía el espacio personal hacia nadie). Al notar esto, la morena la soltó rápidamente, pero mantuvo su sonrisa en sus labios al tiempo que colocaba su mano sobre el hombro de la menor, para guiarla a través de uno de los pasillos.

—De verdad me hace feliz que hayas venido tan pronto; pero creí que tardarías más en arreglar tus asuntos, por lo que aún no tenía lista tu habitación ni tus cosas.

—Lo siento, puedo alojarme en un hotel. O tengo contactos que podrían ayudarme mientras tanto

______ hablaba viendo distraídamente los cuadros que colgaban de las paredes mientras internamente rezaba porque la mujer aceptara su sugerencia, ya que sería lo más cómodo para ella mientras procesaba todo lo que le estaba pasando.

—Tonterías, no será lo que tenía en mente, pero puedes instalarte en la habitación de invitados. —replicó la mujer, para desilusión de ______ —Sólo tengo curiosidad; ayer no te veías muy feliz con todo esto... ¿algo te hizo apurarte en tu decisión?

—Digamos que... Mi último negocio no tuvo un final muy pacífico para mí. —murmuró la muchacha, disimulando la tristeza que sentía al recordar la forma en la que Silco la había echado —Debo mantenerme fuera de Zaun, al menos por una temporada... Si quiere mantenerse fuera del problema...

—Nada de eso. Lo que importa ahora, es que por fin podremos estar juntas.

"Lo que le importa a ella, por lo menos", pensó la muchacha, pero se limitó a asentir en silencio, resignada a comenzar con esa "nueva vida", hasta que frente a ellas se detuvo la mujer que había estado acompañando a la morena el día anterior.

—Teresa, todo está listo. —anunció la mujer, antes de sonreírle a ______ y hacerle una ligera reverencia —Señorita, que alegría que por fin esté con nosotros.

—Marianne, ella es Biserka, mi dama de compañía, ella lo sabe todo de mí, así que también puede confiar en ella.

—Has crecido tanto. —Biserka la tomó suavemente con sus dos manos a los costados de su quijada —Estuve ahí el día que naciste, y me he arrepentido tanto por no haber estado cuando Kiliç te llevó... Me alegra que estés bien.

______ no sabía qué se suponía que tenía que hacer o responder, por lo que dejó que la mujer observara atentamente cada detalle de su rostro mientras, internamente maldecía; demonios, ¿qué carajo tenían los piltillos con sonreír todo el tiempo? ¿Y dónde demonios estaba el espacio personal? Al menos era un alivio para ella el haber dejado todas sus armas junto con sus otras cosas en uno de los escondites de Bonnie y Clyde (que ellos le habían prestado después de hablarles muy vagamente sobre su veto de Zaun, y claro, pedirle algo de dinero como compensación), ya que así aunque tuviera el impulso de sacar un arma o amenazar a esas mujeres para que de una vez por todas la dejaran en paz, no podía hacerlo.