Am I The Only One - Junhao (Jun & Minghao de Seventeen) [Adaptación]

Capítulo 9 - Eight: Knowing

Minghao sonrió cuando vio la sonrisa cariñosa que su progenitor le estaba dedicando.

Si bien era cierto que el señor Xú era un importante magnate de China, no dejaba de ser un padre responsable y atento.

Minghao era independiente, pero no porque tuviese padres estrictos o despreocupados. Al contrario, sus padres nunca dejaron de darle la atención que él requería y el cariño que todo hijo desea recibir.

Minghao era independiente precisamente porque quería llegar a ser alguien exitoso - como su padre - pero por su propia cuenta - sin ayuda de nadie -, empezando por pequeñas cosas y luego construyendo un imperio aunque tuviese que poner el solito ladrillo por ladrillo.

Y eso era algo de lo que sus padres estaban orgullosos. La fuerza de voluntad y responsabilidad que tenía su hijo único era maravillosa y envidiable.

—Buenos días, hijo —saludó de manera cariñosa, tomando asiento frente al que recién le daba una mordida a su tostada con jalea y mantequilla de maní.

—Buenos días, papá —habló una vez trago y vio al mayor tomar un sorbo de su taza de café.

—Oh... Han empezado sin mí, hombres degenerados... ¿Qué, acaso se iban a morir de hambre si esperaban unos minutitos por la mujer de la casa? —habló la madre del chico de cabello violeta y azul, sentándose con una mueca de fastidio en su rostro.

Su hijo rió y ella recibió un beso en la mejilla por parte de su esposo y alfa.

—No te enojes, cariño. A veces te tardas mucho arreglándote y debes entender que, para que los alfas a los que más amas estén sanos y fuertes como siempre, se deben alimentar bien —Minghao asintió tratando de no reír cuando vio a la mayor entrecerrar los ojos de manera acosadora.

—Sí claro, vengan con ese cuentito chino. Mejor cállense —soltó para luego darle un sorbo a su jugo.

—Mamá, eres preciosa pero si te sigues enojando te saldrán arrugas —habló el de metro ochenta poniéndose de pie.

Tenía clase en la Universidad dentro de unos quince minutos.

—Cariño, ¿viste lo que me dijo ese chico? —lloriqueó la señora Xú fingiendo estar dolida, aunque luego tuvo que sonreír cuando recibió un sonoro beso en la mejilla por parte del que ya estaba caminando rumbo a la puerta de la casa.

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El día en la facultad había sido bastante flexible, a pesar de ser lunes.

Minghao guardó los apuntes que había hecho en la clase de leyes y se colgó el bolso al hombro para luego acomodar su camisa y salir del salón.

De camino a la salida, se topó con un omega bonito que conocía bastante bien.

—¡Hao! —le saludó Jisung con una sonrisa y se acercó al alfa de cabello azul y violeta—. ¿Qué tal has estado? —preguntó.

—Bastante bien... ¿Qué hay de ti? Hace unos días que no te veía por aquí —curioseó, viendo como un sonrojo se instalaba en el rostro del de cabello blanco.

—Es que estaba en celo —susurró.

—Oh —Minghao asintió y luego sonrió al ver a Chenle acercarse a ellos.

Rápidamente notó cómo las feromonas del omega se hacían presentes al estar en contacto con el alfa de cabello azabache.

—¿Qué hay, primo? —cuestionó el recién llegado, pasando un brazo alrededor del omega de olor a arándanos.

Xú negó con una pequeña sonrisa.

—¿De qué hablaban? —preguntó con normalidad mirando esta vez al omega pegado a su cuerpo.