Blood Of Dragons ❝La sangre de dragón corre por mis venas.❞
Donde la hija Bastarda de Daemon Targaryen es su viva imagen.
O
Donde Aegon encuentra su lugar seguro en su prima.
⟨QUEDA PROHIBIDA LA COPIA O...
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Aegon II sintió un peso encima suyo y como jugaban con sus cabellos al igual que escuchó las suaves rusas de un niño. Sonrió abriendo lentamente sus ojos y viendo a Aegon III sentado en su pecho jugando con sus cabellos.
— quiero mí leche — le dice el niño al verlo despierto.
El platinado mayor frotó sus ojos y estiró sus brazos con pesadez,aún tenía sueño. Giró su cabeza para observar a Daella,la cual aún estaba dormida plácidamente con la sábana blanca tapando solamente sus piernas.
Aegon II sonrió perdido en la chica y sintió un golpe en el rostro, miró mal a Aegon III que cruzó sus brasitos aún sentado en su pecho.
— te dije que quiero mí leche — repite el niño — no que mires a 'ella.
— estaba viendo si estaba despierta para que vaya ella.
— hmm.
Aegon II bajo al niño en medio de la cama y se sentó.
— pídele a Dar que vaya por tu leche — dijo volviéndose a acostar para dormir.
— está durmiendo — responde el niño subiéndose arriba suyo nuevamente — y no puedo despertarla.
— Pero a mí ¿si?.
— pues si,'ella da miedo de cuando se enoja y se enoja cuando la desierto.
— pues espera a que se despierte — le dice harto — ahora déjame dormir.
— ¡No! Dale,ve por mí leche — le pide tirando de su cabello — o si no despierto a 'ella y le digo que me pegaste mientras lloro. Además ella siempre va por mi leche durante la mañana,ahora te toca a ti
— no estás llorando no te va a creer — le responde con burla — y si ella siempre va,espera a que se levante.
— te sorpresa lo mucho que se fingir llorar — responde el niño — observarme.
El platinado mayor se gira para mirar al niño,que se pellizca el brazo con fuerza y se le ponen los ojos llenos de lágrimas y comienza a lloriquear.
Aegon II lo mirá incrédulo y le tapa la boca antes de que despierte a Daella.
— iré por tu leche — le dice y el niño sonríe — eres un maldito demonio.
— lo sé — sonríe — y también trae mí dragón,está en mis aposentos.
El platinado mayor gira sus ojos parándose y colocándose bien la camisa para después mirar al niño acostarse sobre el pecho de Daella y abrazarla.
— estás muy cómodo usurpando mí lugar — se queja el mayor — es la última vez que te acuestas en sus tetas,yo soy el único que puede.
El niño curva sus labios confundido.
— ¿Y por qué? — le pregunta — ya estás grande para eso.
