(Salteado de humano)
15 de marzo del 2021. Andrés Mercedes
Había pasado una semana ya desde que Barry salió destrozado del salón de clases, desde aquel día no me ha contado nada, se ha mostrado más reservado de lo habitual, ha estado callado y nervioso, evitando las miradas de todos a su alrededor, casi como el día en que lo conocí, parecía temerle a la interacción con sus amigos, osease nosotros, casi no comentaba nada a la hora del almuerzo y las horas libres las pasaba solo en algún rincón o siguiéndome callado sin decir palabra, sus ojitos lucían con sumo cansancio, enrojecidos de el constante llanto silencioso del cuál me logré percatar alguna vez por las noches de esta última semana, se le veía aterrado, le era difícil concentrarse, estaba casi inconsciente, me partía el alma en pedazos verlo de ese modo, teníamos que salir de aquí, no podía soportar este sufrimiento por más tiempo, no quería ver sufrir más a la persona más importante para mí de esta vida, mi Barry necesitaba salir de aquí, antes de que algo malo le pasase... con las chicas nos dispusimos a conversar después de la comida, estábamos reunidos las chicas, Barry y yo, el único faltante era Hugo, pues a este mismo no le agradaba acercarse a nosotros y menos a Halsey, le tenía miedo.
— Debemos de irnos... creo que todos sabemos eso, ¿No? — Decía Dani con un cansancio extremo en su mirada, se le veía desanimada, ella acostumbraba ser muy activa y extrovertida, pero ahora parecía que le hubiesen succionado toda la energía de su ser, toda la inocencia, se veía triste y agotada.
— Creo que ninguno de nosotros se merece esta especie de trato, simplemente es inhumano, debemos de irnos ¡Ya! No creo poder aguantar más en este horrible sitio. — Secundaba la idea Halsey, la cuál se notaba desesperada a pesar de no hacerlo obvio en su exterior.
— ... Halsey... a ciencia cierta no se sabe el por qué estás aquí, como sabes, solo hay rumores debido a que eras muy joven cuando entraste y nadie logró escuchar tu historia... pero, si no te molesta, quisiera saber por qué estás aquí — Preguntaba Dani con su habitual curiosidad aún viva, para ser honestos, creo que preguntó lo que muchos queríamos saber desde un inicio.
— Bueno, Dani, en realidad, la historia es muy distinta a como la pintan...— .
14 de noviembre de 2014. Halsey Morrison.
Era una nena de apenas nueve añitos en ese entonces, por lo cuál, había cientos de cosas que aún ignoraba, pero, la rareza de mi casa no era una de ellas, sinceramente siempre se me hizo extraño que en el sótano de la casa de mi madre hubiese una puerta que fungía como entrada a un refrigerador gigante, era como de carnicería, pero mi madre, a partir de que cumplí los cuatro años, me prohibió bajar al sótano, siempre me decía que en ese lugar habían ratas que podrían morderme, las cuales causaban ruidos por las noches, por lo cuál me negaba la entrada a aquél lugar.
— ¿Mami, qué comeremos hoy? — preguntaba yo cada día con inocencia.
— Una deliciosa carne, bastante especial, mi cielo. — Contestaba entonces ella.
Mi madre, a diferencia de mí, bajaba constantemente al sótano, no te he de mentir, cada que bajaba, podía escuchar gritos y súplicas ahogadas, eran chillidos de dolor, como si le estuvieran cortando algo a alguien, me aterraba demasiado, en realidad, en las noches no solía dormir, y por las tardes me quedaba sola en casa, por lo qué, siempre padecí de una ansiedad enorme al tener la incertidumbre de si algo me pasaría o no, además, para un niño, estos eventos no eran lo más sano a lo cuál ser expuesto.
Nunca recibí una educación escolarizada, si no hasta los seis años, que fué cuando entre a la primaria, no sabía ni leer ni escribir y debido a mi ansiedad hablaba muy poco, me resultaba frustrante el no saber como comunicarme, eso sí, desde chica siempre fuí una melómana, mi afición y fascinación por la música eran increíbles. Al ser una niña de unos pequeños nueve años, una no se daba cuenta de mucho, yo a veces veía entrar a mi madre con bolsas muy grandes, como de basura, pero no lo parecían, honestamente.
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Si las paredes hablaran...
Mistério / SuspenseMe han abandonado aquí para "sanar", mi "madre" jamás se preocupó mucho por mí y ahora se deshace de mí de esta manera... El manicomio, el último lugar en el que quieres acabar, el único lugar donde todo se vuelve más miserable de lo que ya era en u...