Con el pasar de los días, sin previo aviso, Lee Félix se encontró sumergido en un terrible pozo depresivo, donde jamás encontró el fondo para poder salir de manera apropiada.
Se la pasaba acurrucado en su cama, con su cuerpo sintiéndose pesado ante su estado mental. Lloraba más de lo usual, y sentía que todos, a excepción suya, se encontraban pasándola genial por la "nueva personalidad" de su padre. Él, sabiendo la verdad, no soportaba la culpa.
Hyunjin estaba en el infierno, con su alma siendo torturada una y otra vez. Tal vez aquel sitio no era como él, en verdad, lo imaginaba, pero podría ser similar, y aquello lo angustiaba. Sabía que lo merecía, incluso se lo dijo, pero, tal vez... ¿tal vez solo estuvo muy enfadado?
Sobre todo: ¿Cómo podría expresarle a Changbin que él era quien cargaba con la situación? Sabía que el arcángel lo escucharía, pero ni siquiera tenía idea por dónde comenzar.
Su primo, sus compañeros de clases, su padre y...su padre, otra vez.
Por otro lado, el Diablo no comprendía la tristeza humana, por lo cual asimilaba cosas que no estaban allí, así que la decisión que tomó no fue del todo sensata.
—Voy a retirarme por un par de días —Dijo, desde la punta de la cama del joven, quien se volteó de inmediato, sentándose con rapidez en la cama mientras apartaba las mantas que lo cubrían.
—¿Qué? —Negó con lentitud, confundido—. ¿Por qué?
¿Changbin ya no lo quería consigo? ¿Estaba harto de verlo en aquel estado? ¿Se aburrió? Era lo único que rondaba por la mente del mundano.
—No estoy viendo un progreso en tu salud, y mi presencia lo empeora —Caminó hacia un lado de la cama de su niño favorito, y se sentó en la punta, sin dejar de observarlo fijo a los ojos—. Serán solo un par de días.
—Bin...
—Félix —Interrumpió el Diablo, con firmeza—. No voy a permitir que estés más días en la cama. ¿Has visto tu reflejo? —Negó con lentitud—. Tu belleza permanece intacta, pero estás deteriorado.
El chico se aproximó hacia el arcángel, quedando de rodillas en la cama, sentado sobre sus talones y a la misma medida—. No estoy así por ti. No es tu presencia. Si así fuese, te lo diría...lo hemos acordado, ¿recuerdas?
Hubo un breve silencio donde ambos se mantuvieron observándose, como si intentasen descifrarse, y en aquel momento, Changbin lo supo.
¿Por qué Félix cargaba con toda la culpa de las situaciones? ¿Por qué creía que ensuciaba sus manos? Lo único que había en ellas era delicadeza, y suavidad. ¿Qué buscaba provocar en sí mismo al castigarse de aquella forma? No lo comprendía.
Alzó una de sus manos repletas de anillos, sosteniendo con cuidado el mentón contrario—. ¿Qué es lo que debo hacer para que dejes de dañarte a ti mismo? —Félix tan solo permaneció observándolo, sin saber con exactitud qué decir—. No puedo pensar como cualquier ser inferior, Félix. Tampoco tengo tu mentalidad. Soy un destructor, y lo único que se cruza por mi cabeza es en acabar con todos para mantenerte a salvo.
—Eso no está bien —Félix respondió de inmediato, frunciendo su ceño—. Bin, eso es justo lo que no deseo que hagas. Quiero... —Suspiró con profundidad antes de llevar ambas manos a su rostro, saturado de los repentinos recuerdos que abundaron por su mente—...quiero retroceder el tiempo.
El nombrado sollozó en silencio, demasiado abrumado con la situación, sintiendo como los cálidos brazos del Diablo lo envolvían, hasta dejarlo sobre su regazo y acurrucarlo contra su pecho. Los latidos del corazón del arcángel eran acelerados, pero lucía calmado mientras rozaba sus finos labios contra los cabellos lacios de su niño favorito.
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ꕤ : dancing with the devil ⬪ changlix
FanfictionEs 1967 y Félix está harto de ser aquel chiquillo religioso al cual todos molestan. Cansado de un dios fingiendo oídos sordos, decide tomar sus propias riendas a escondidas: ¿Qué tan mal podría irle si recurriese al mismísimo Diablo? ¿Qué tan rápido...