Capítulo 9

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Esperanza.

—. No— la esperanza que albergaba su corazón murió, miró a las tres hermanas, aunque podía ver la tristeza en sus rostros, su tono de voz estaba lleno de seguridad.

—. Comprendemos la situación, pero no podemos ayudar—dijo con tristeza Midoriko—, es de sabios reconocer cuando no puedes enfrentar a un enemigo—suspiro cansada—, y Sesshomaru Taisho es demasiado para nosotras tres— Kikyo y Kaede solo asintieron dando la razón a su hermana mayor—, tu plan no puede salvar a nadie, aunque logremos esconderla, él la encontrará, y no quiero ni imaginar lo que le haría como castigo— la miko lo miró con tristeza.

—. Aunque— Kaede interrumpió el breve silencio—, podemos envenenarlo— los tres la miraron como si estuviera loca, ella suspiró cansada, ¿Como es que podían ser tan tontos?—, la niña ¿Aome?— le preguntó a Jukio, quién sólo asintió—, Aome puede envenenarlo, Sesshomaru no se dará ni cuenta, solo se sentirá débil, pero será tan de a poco, que no lo notará hasta cuando sea demasiado tarde— aquello parecía un buen plan, pero ¿Como lo llevarían acabo.

—. No se como haremos algo así—dijo Midoriko, Kikyo soltó un sodio extraño cargado de frustración.

—¿Es que acaso no es obvio?— preguntó la pelinegra, Jukio y Midoriko sólo la miraron con la duda reflejada en sus rostros—, deben envenenar la sangre de la niña, dijiste que Sesshomaru es un adicto a su sangre—Kikyo lo señaló, y él sólo pudo decir un bajo 'si'—, es claro que no podemos hacer nada por ella ahora, ese youkai es demasiado fuerte para nosotras, pero si lo debilitamos los suficiente, lograremos matarlo— aquel plan le puso los pelos de punta, ¿Matar a Sesshomaru? Ese nunca fue su plan, él solo quería sacar a Aome de ese lugar, no matar a su 'amigo' de la infancia.

—. Espera, espera— se sintió mareado, ¿Como su sencillo plan de escape se había vuelto tan macabro? —, no podemos matarlo, me parece excesivo— las tres hermanas se dieron una rápida mirada, todos tenían la mirada llena de seguridad y determinación.

—¿Crees que él estará tranquilo si ve que su niña desaparece?— un nudo se le formó en la garganta ante la pregunta de Midoriko.

—. Ella no es suya— fue el único argumento del que pudo sostenerse.

—¡Ja!— Kikyo soltó una risa sin ganas, casi irritada—, ella es suya, demasiado diría yo ¡Se anudaron maldita sea!— grito la pelinegra, pero él se quedó congelado ¿Se habían anudado? Un malestar le lleno el estómago, agradeció estar sentado, porque si hubiera estado de pie se habría caído de culo al suelo.

—¿Se anudaron?— preguntó llena de preocupación Kaede, señor el se sentía igual, esto solo elevó el problema.

—. Sí— fue la escueta respuesta—, ustedes saben lo que significa, así que solo hay dos opciones, la dejamos regresar a su lado y no hacemos nada, o lo matamos— Kikyo soltó aquello con demasiada tranquilidad.

—. No la matará—dijo Midoriko refiriéndose a Aome—, pero su vida será el peor castigo, esa criatura vivirá deseando el día de su muerte— Jukio se quedó en silencio, la verdad, en el fondo de su corazón deseaba que Sesshomaru no se hubiera anudado, eso solo significa problemas, muchos problemas.

—. Podemos envenenar la sangre de ¿Aome?— Kaede asintió—, ya saben, con ojas de salvia, se lo damos en té, su sangre se volverá venenosa de apoco, Sesshomaru ni siquiera sentirá un cambio en su olor o sabor, hasta las relaciones sexuales serán igual de satisfactorias—Jukio apretó las manos en puños, no quería que Sesshomaru volviera a tocarla, pero si huían ahora mismo, las repercusiones serían catastróficas y la muerte sería un regalo del cielo.

Demonio (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora