Capítulo 6

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El siguiente capítulo contiene escenas de agresión física, y sexual, lees bajo tu propio riesgo.

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Comer.

La sopa, con un sabor simple, pero acogedor acarició su paladar, sentía vergüenza, había llorado hasta quedarse dormida, y al despertar, espero alguna burla, o reproche, en cambio, lo único que había pasado era que él le había traído comida, decidida a no causar más problemas decidió comer en silencio.

Mientras comía, intentó recordar la última vez que lo hizo, y la verdad, no tenía un recuerdo claro, sentía que había un gran espacio perdido en su memoria, ni siquiera sabía qué día era, miró por la ventana, el sol brillante iluminaba el cielo, quizá era un poco más de medio día.

—. En unos días estarás lo suficientemente sana como para salir afuera— dijo Jukio con una sonrisa amable, Aome lo miró temerosa, no sabía como actuar con aquel youkai, era muy amable y cariñoso, eso la dejaba sin saber que hacer, pues, con el demonio peliplata sabía que siempre debía estar a la defensiva y lista para pelear, pero ¿Que debía hacer ella con esa amabilidad que le daba ese youkai?

—¿Por qué es tan amable?— preguntó llena de desconfianza, los ojos azules del youkai la miraron con tristeza.

—. Porque sólo eres una niña— aquello le dejó muda, y un dolor se le instaló en el corazón, recordó como en su pueblo muchas jóvenes de su edad ya estaban casadas con uno o dos bebés, pero para su padre, ella aún era muy pequeña, por eso no le había buscado un compañero, miró al youkai él sonrió amable, era como la sonrisa de su padre cuando la miraba, la mirada se le empaño de lágrimas—¡No llores!— escuchó como el peliverde hablaba preocupado, sintió como él la volvía a abrazar, no le importo, pero ella lo abrazo de regreso, aferrándose con fuerza a él, sintió mucho consuelo en ese abrazo, era como ver la luz del sol después de mucho tiempo en oscuridad.

—. Tengo miedo— admitió entre lágrimas—, tengo mucho miedo— lloró con más fuerza que antes—, ya no quiero mas dolor— él la abrazo con mas fuerza, era como si quisiera recoger todos los pedazos de su rota alma, y los intentará unir con la fuerza de sus brazos, le acarició la espalda.

—. Tranquila pequeña— se le hizo un nudo en la garganta, el pequeño cuerpo entre sus brazos temblaba mientras se lamentaba en llanto, aún no tenía todo para ejecutar su plan de escape, ella ni siquiera había sanado por completo, necesitaba que ella fuera fuerte y valiente solo un poco más, pronto saldrían de ahí.

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Sintió una suave caricia en su mejilla, era un toque amable, aquello le recordó a la caricias de Bankutso, ¿Sería él? Sonrió al pensar que sería su amigo de la infancia, ¿A caso se había quedado dormida en el campo otra vez? Se lleno de confusión, Bankutso estaba en la capital, su adormecida consciencia despertó de golpe y los recuerdos le despertaron la mente, esa mano que le acariciaba no era de su amigo, ella no estaba en el campo. Abrió los ojos de golpe, despertando de manera abrupta.

Demonio (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora