𝐆𝐢𝐯𝐞 𝐌𝐞 𝐘𝐨𝐮𝐫 𝐇𝐚𝐧𝐝. -𝐈𝐍𝐔𝐈 𝐒𝐄𝐈𝐒𝐇𝐔-

0.

15 de Junio, 1999

-Se está incendiando la casa!—

-Alguien pida ayuda!—

-Llamen a los bomberos!—

-Es la casa de los Inui!!—

Había montones de gente afuera de la casa, nadie hacía nada por el miedo de acabar hechos cenizas por el fuego, solo eran admiradores de la gran catástrofe.

Le comenzaron a llamar a los bomberos e incluso trataron de cooperar tirándole agua a la casa para poder apagar las llamas pero estas eran muy intensas que les era imposible poder hacer eso.

-Pobre familia—

-Como pudo pasar esto?—

-Los pequeños...—

Ya habían pasado alrededor de unos 5 minutos y aún no llegaban los bomberos, las personas creían que ya no había salvación alguna.

A la escena, llegó un niño que se paró enfrente de la casa en llamas, su rostro expresaba horror y miedo puro, pero a difiere de los demás, él si tuvo el valor de reaccionar y entrar a esa casa ardiendo en llamas.

Entró corriendo a la casa sin importar nada, al abrir la puerta salió demasiado humo, además de que ya se podría ver el pésimo estado de la casa.

-Qué extraño...—

Un señor estaba con los brazos detrás de él mientras veía la casa, vio hace unos segundos al niño meterse perdiéndose en esta.

Atrás de toda la multitud, estaba una familia, el padre y los tres niños, tres hombres y una mujer.

-Saquen a los que queden— giró un poco su rostro mirando hacia ellos

-Pero papá— dijo uno de ellos con nervios notables

-Se está quemando—

-Podemos morir—dijo en un hilo de voz

El mayor al escuchar los quejidos de parte de ellos, los fulminó con la mirada mientras levantaba la cabeza.

Ya no tenían otra opción

Pero ella lo paró poniendo una mano enfrente de él en forma de que sus hermanos pararan de hablar.

-Si padre— inclino su cabeza hacia abajo

No pudieron hacer nada más que obedecer las órdenes de su padre.

Era como si después de cruzar esa puerta, una muerte segura los esperaba. Esto de verdad era muy riesgoso para solo unos niños, pero no quería hacer enfadar a su padre.

Sus rostros no lo demostraban pero, dentro de ellos había un gran temor a ya no poder salir de ahí.

Uno de ellos antes de entrar, se acercó al grifo de agua que había en el pequeño patio, lleno una cubeta, se la echo enzima seguido de los otros dos, al ya estar los tres escurriendo agua, se adentraron a la casa.

Esto evitaría que de alguna manera el fuego se esparciera en su ropa.

-Sepárense—dijo la mayor.

-Pero Sashi—

-Hagan caso—les dio la espalda— así acabaremos más rápido—comenzó a caminar

Los otros dos aún tenían miedo, pero confiaban en las órdenes de su hermana, así que harían su mayor esfuerzo.

La mayor decidió subir al segundo piso, con cuidado piso cada escalera ya que podía caerse por su mal estado; al ya estar arriba, trató de buscar al niño que anteriormente había entrando.