Severus I

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Disclaimer: No soy dueña de Harry Potter ni Fnafs, todos los derechos correspondientes a Jk Rowling y Scott Cawthon respectivamente, solo ocupo sus personajes sin fines de lucro, pero la historia y cualquier personaje Occ que aparezca, si es mío.

Primero de Septiembre de 1993, Hogwarts. Momentos antes de la ceremonia de selección de casas.

Severus Snape se sentía irritado y eso que hacia apenas escasos cinco minutos había llegado al castillo desde su casa en la calle de la Hiladera. Esperaba no muy pacientemente en la pequeña salita de profesores detrás del Gran Comedor a qué los mocosos llegaran para dar inicio a la selección. El resto de sus compañeros de trabajo charlaban muy animadamente sobre el nuevo año escolar, la copa de Quidditch y otras cosas a las que el pocionista no prestaba atención, solo esperaba a que Dumbledore regresara de su oficina con el sombrero seleccionador y a Minerva, que se había se escabullido uno minutos antes con la escusa de que debía entregar algo importante cuando llegaran los estudiantes. ¿Le parecía raro? Si ¿Iba a averiguar que se traía la animaga entre manos? Por supuesto que no, Severus no tenía la suficiente energía para eso, prefería ahorrarla y escupir veneno por las noticias y órdenes que le habían dado el director ese verano.

Primero; el escape de el maldito Black de Azkaban y por lo consiguiente que el ministerio enviara Dementores a custodiar la escuela, lo cuál era una estupidez sin sentido por la que probablemente algún estudiante idiota terminaría sin alma, sin mencionar que tendría que vigilar más de cerca a cierto trio de leones entrometidos y en especial al mocoso de ojos verdes para evitar que hicieran algo estúpido (otra vez) como correr tras Black.

Segundo; una vez más, Dumbledore demostró su absurda preferencia por los molestos gryffindors, con la sustitución de Silvanus Kettleburn por Hagrid en como profesor de Cuidado de criaturas magicas, (bueno, en parte eso era entendible. El hombre había perdido un brazo y por más molesta que le pareciera la actitud del guardabosques, no sé podía negar que sabía bastante sobre los animales magicos) por otra parte ¿Cómo podía darle Dumbledore en su sano juicio a ese licántropo inestable el puesto de profesor de defensa contra las artes ocuras? Probablemente tanto caramelo de limón le estaba cobrando factura en el cerebro. Oh, como esperaba que Lupin le diera una buena escusa para lanzarle un sectumsempra en el trasero. Lo único que lo consolaba al respecto es que está vez no tenía el respaldo de esa maldita pandilla de bravucones autodenomina "Merodeadores" (un nombre estúpido, en su opinión) en especial del maldito James Potter que tan miserable lo había hechó en sus años escolares.

Lo que lo llevaba al tercer punto; tenía que desperdiciar su preciado tiempo para investigar el desarrollo de nuevas pociones interesantes en fabricar la poción matalobos del perro inestable (Lupin) que, estaba seguro, no desaprovecharia la oportunidad para acercarse la cría de Potter, el maldito niño-que vivió-para-ser-mimado. Ese pequeño desperdicio de magia, arrogante y carente de aptitudes que no sabía hacer otra cosa que meterse en problemas para luego vanagloriarse de sus "hazañas" secundado por ese par de pequeños idiotas, el inútil Weasley menor y la molesta sabelotodo Granger...

-Pareces irritado, Severus-. Esa era la alegre y menuda rubia, Charity Burbage, profesora de estudios muggles y una de las pocas personas en el castillo con las que tenía una buena relación. -Debo decir; más irritado de lo que luces habitualmente ¿Ya estás practicando para tu primer día de clases con los de primer año? .- bromeó la mujer agitando su espesa melena oro.

Severus la miró resopló un poco divertido. Charity era la única profesora lo bastante cínica como para como para bromear con el temido exmortifago y murciélago de las mazmorras.

-Eso les forma carácter-. Respondió con el mísmo cinismo.

-Pesadillas, dirás-. Charity negó divertida, ella era la razón por la que no era tan rudo con sus estudiantes como antes. Quizás no estaba de acuerdo con todas las ideas que proponía con respecto a los muggles, pero eso hacia interesantes las conversaciones que tenían. No temía responder sus comentarios ácidos con el doble de acidez, ni se intimidaba con su presencia.

Almas CorruptasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora