Rita Skeeter I

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Rita Skeeter
Oficinas del diario El Profeta, Londres.
Tarde del viernes 3 de Septiembre de 1993.

Rita se sentó en su escritorio a celebrar con una copa de whisky de fuego en una mano y un cigarrillo en la otra. Se sentía extasiada con la atención que había obtenido su último reportaje, las ventanas del periódico habían aumentado un 30% el día anterior y estaban recibiendo miles de cartas pidiendo más información, ¿Quién lo diría? Incluso después de tanto tiempo Harry Potter realmente atraía el interés del público... probablemente debería sentirse mal porque había un niño desaparecido... nah, su moral no daba para tanto. Lo sabía, lo aceptaba y no le importaba. Sentía que eso era la mejor reportera del periódico y quizás del mundo mágico.

Mentalmente brindó por el chico y se terminó de una el trago antes de servirse el siguiente. No tenía mucho que hacer hasta que el ministerio diera más declaraciones o su informante apareciera, sus superiores le habían dado la orden de enfocarse solo en esa noticia por el momento, pero Rita ya se estaba preparandose para escribir su próximo libro, sería fantástico, y si jugaba bien sus cartas podría incluso superar al cretino de Lockhart en ventanas. Desde sus años en Hogwarts habían tenido una rivalidad por ser el centro de atención y ahora que su rival había perdido la memoria en ese extraño accidente, bueno, era hora de tomar la delantera.

Poco antes de las seis de la tarde una estridente alarma comenzó sonar en toda la oficina, era un hechizo bastante util que avisaba a Rita cuando alguien se aparecía o se acercaba mucho a su oficina, dos minutos más tarde la puerta fue golpeada y por mera costumbre (El viejo Merlin sabía que había hecho muchos enemigos durante su carrera) tomó su varita y lanzó un hechizo de reconocimiento, sus chivatoscopios no sonaron, pero no debía confiarse...

Rita sonrío al saber de quién se trataba, habla del diablo y el aparecerá.

Su informante.

Al abrir no había nadie, pero una suave palmada en su hombro le dijo que su invitado había entrado. Rita cerró con un par de hechizos de seguro y confidencialidad. Al darse la  vuelta ahí estaba Mike, tan serio como siempre que no estaba en público. Rita lo sabía bien, el joven hombre frente a el cargaba mucho en su alma, los ojos nunca mienten. La reportera ansiaba descubrir los secretos que se ocultaban allí.

-Mike, querido ¿A qué debo tu amable visita?- preguntó, acercándose a su minibar para servir otra copa de whisky de fuego. No le pondría veritaserum, Mike lo detectaria en un instante y no quería otro hechizo punzante del hombre como en su primera reunión.

-Prometí traerte otra bomba mediática ¿No?- Mike tomó la copa y (después de una no tan obvia revisión) le dio un trago. Ambos tomaron asiento a casa lado del escrito -Te tengo algo bueno, relacionado con el chico.

Eso despertó aun más en interés de la mujer. Entonces joven auror sacó un monedero de su manga y de el, una pila de documentos con el sello del ministerio. Rita estaba francamente por la cantidad de que aún no se dieran cuenta de quién estaba filtrando información. En privado se preguntaba por qué el auror prácticamente había decidido traicionar al gobierno sin siquiera había pedido dinero a cambio. No parecía estar trabajando con alguien más, pero el hecho de que pudiera obtener información clasificada la hizo replantearse esa posibilidad.

Ella estaba segura de tres cosas sobre Mike:

Lo primero es que era mucho más inteligente de lo que le dejaba ver a las personas. Su carisma lo podía llevar lejos. Y las personas así son peligrosas pero poderosas en el mundo de la magia.

Lo segundo es que odiaba a Dumbledore. Rita aún no podía descubrir por qué, pero toda la información que le había dado hasta el momento estaba enfocada en destruir la reputación del hombre.

Almas CorruptasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora