"Prométemelo... Prométeme que serás una buena persona..."
Esas fueron las últimas palabras que Yami Akari escuchó de su madre antes de fallecer... Lamentablemente el mundo no es un lugar benevolente... Pero lo intentó, a pesar de las dificultades...
Oscuridad... Eso era lo único que la rodeaba... No podía ver... Ni oír... Ni sentir nada... ¿Acaso estaba muerta...? Rápidamente la oscuridad que la rodeaba empezó a romperse dejando entrar una luz cegadora que le lastimó la vista. Cuando sus ojos finalmente se aclararon la visión frente a ella la aterro...
"No..." -musitó la azabache con temor- "No este lugar..."
Finalmente lo entendía... Esto era una pesadilla... ¿O acaso ni en la muerte podía conseguir paz...? ¿Tanto la odiaba la existencia como para castigarla aún después de fallecer a manos de la quien fue su mejor amiga...?
Frente a ella se encontraba una casa estilo japonés. Y en el marcó de la entrada habían dos figuras.
"Mama. ¿Cuándo va a volver papa?" -preguntó una niña-.
"No lo se, ya sabes que el es un hombre muy ocupado" -la pequeña bajo la mirada en tristeza- "¿Qué te parece si vamos a comprar así cuando regresa le muestras lo mucho que has aprendido a cocinar?" -preguntó una mujer sonriendo-.
"¡Si!" -exclamó la pequeña emocionada-.
Akeno miró la escena sintiendo como su corazón se estrujaba y llevándose una mano al pecho y solo puso dejar salir una palabra.
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Mama
La escena cambió abruptamente haciendo que Akeno se cubriera los ojos por el resplandor. Cuando alzó la vista su cuerpo se tensó por completo y lagrimas empezaran a caer por sus ojos.
"No... No quiero ver esto..." -dijo suplicando- "¡Sáquenme de aquí!"
Intentó con todas sus fuerzas pero sus pies no le respondían, era como si estuviera clavada al suelo. De repente pequeñas luces empezaron a sobrevolar a su alrededor... Su cuerpo empezó a temblar, ya que sabia muy bien lo que tenia frente a ella y al alzar la mirada sus pupilas se contrajeron...
Una casa envuelta en llamas... El piso de madera manchado de sangre... Y una multitud de personas arrastrando a una niña la cual gritaba a todo pulmón desesperada...
"¡Mama! ¡Mama!" -gritaba la pequeña aterrada-.
"¡Cállate de una puta vez!" -exclamó una figura- "¡Tu madre fue una traidora, ahora estarás mejor con nosotros!"
Y siendo arrastrada contra su voluntad la pequeña se alejó del único lugar que conocía como su hogar...
La escena volvió a cambiar, esta vez en la entrada de un bosque donde la pequeña se encontraba abrazando a una mujer bastante similar a su difunta madre.
"¡Hermana, no quiero dejarte!" -dijo entre lagrimas-.
"Akeno entiéndelo, si te quedas te van a matar... Tienes que escapar de aquí" -dijo la mujer con desesperación-.
