La luna y las estrellas adornaban el pacífico cielo nocturno. La brisa del viento era agradable, un ambiente ideal para caminar. Atravesando las inhabitadas calles de Kuoh, Akari y Akeno iban de la mano. La joven parecía tener el momento de su vida, y no era para menos. Por primera vez en su vida fue honesta con respecto a su naturaleza con alguien y esta persona no solamente la aceptó sino que la quería en su vida sin importar nada.
Sus acciones seguramente no eran las más lógicas ni sensatas, pero no era de extrañar de ella. Su pasado turbulento le había dejado cicatrices tan profundas que la afectaron en varios aspectos. Sus tendencias masoquistas... Su falta de valor como persona... Su perversión... Todas esas experiencias acompañado de la vida de demonio la habían convertido en una persona con una mentalidad diferente.
"Por cierto Akari..." -lo miró sonriendo- "¿Cuantas mujeres planeas tener?"
El mago la miró sorprendido.
"¿Todo el asunto del harem era enserio...?"
La joven se rio ante la pregunta.
"Por supuesto que si. ¿Acaso no quieres tener todo un sequito de mujeres?" -preguntó confundida- "Pensé que era uno de los sueños mas deseados para los hombres"
Akari lo meditó por un momento.
"Lo admito, la idea de tener un grupo de mujeres que me satisfagan en todo es una idea muy tentadora pero... ¿Estás segura de que es una buena idea?"
Akeno soltó una risita.
"Akari, cariño... Si no te has dado cuenta, no soy una mujer normal" -le sonrió con dulzura- "Con todas las cosas que he visto y hecho mi concepto de normal esta bastante alejado de lo estándar, por lo que tengas más de una mujer no supone ningún problema para mi" -alzó la mirada- "De hecho, la idea de verte con otra es bastante excitante~" -se le acercó sonriendo- "Si decides tener más de una mujer no me interpondré, pero si vas a hacerlo solo tengo una condición... Yo seré la esposa principal... Si me prometes eso puedes acostarte con quien quieras y si también puedo unirme a la diversión, mejor~"-se relamió los labios-.
El joven estaba genuinamente sorprendido. El sabia que no era un santo, no por nada había aprovechado cada oportunidad que tuvo para divertirse con varias mujeres. ¿Pero tener luz verde para hacerlo sin culpa ni consecuencias...? Eso era algo de otro nivel. Akari sintió como su corazón dio un brinco... O quizás fue algo más...
"En serio eres una mujer increíble Akeno" -se acercó y le susurró al oído- "Es por eso que eres mi favorita~"
El cuerpo de la azabache se estremeció ante esas palabras y rápidamente se colgó del brazo de su novio.
"Esta decidido entonces" -exclamó la joven contenta- "Eso significa que tendré varias hermanas a futuro~" -soltó una risa- "¿Ya tienes algunas candidatas o quieres alguna sugerencia de mi parte?"
"Pues... Tengo un par en mente, pero un paso a la vez amor" -la miró sonriendo- "Antes de eso tengo que presentarte a mi madrastra y mentora" -apoyo su cabeza sobre la de ella- "Con el tiempo veremos quien se nos une, de cierto modo seremos una gran familia"
Akeno soltó una sonrisa triste al oír eso. El concepto de familia era algo que ella deseaba desde hace mucho y por un tiempo pensó que lo había encontrado en la nobleza de Rias... Pero después de esto no sabría como relacionarse con ellos, la culpable principal era la pelirroja si pero los demás miembros le eran fiel a ella... Sin duda seria una interacción rara de ahora en adelante...
La pareja siguió su camino hasta que sorpresivamente se encontraron con una persona inesperada.
"Ha pasado mucho tiempo..."-comentó el mago-.
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Shadow Light
Fanfiction"Prométemelo... Prométeme que serás una buena persona..." Esas fueron las últimas palabras que Yami Akari escuchó de su madre antes de fallecer... Lamentablemente el mundo no es un lugar benevolente... Pero lo intentó, a pesar de las dificultades...
