Capítulo 22 - Quemar mi temor

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Ha pasado una semana desde que iniciaron los entrenamientos de las noblezas Gremory y Sitri y las cosas han progresado exitosamente. Gracias a las observaciones dadas por Akari y sus constantes peleas, ambas casas empezaron a mejorar. Además que ser instruidos por el mago, las noblezas eran asistidas por Akeno y Yami quienes decidieron quedarse para hacerles compañía y aprovechar el descanso. Ellas asistirían en lo que pudieran mientras que el mago era el principal en los combates. Los resultados no se hicieron esperar, pero aún había trabajo por hacer, sin mencionar ciertos inconvenientes.

Después de la idea atrevida de Akari, toda la nobleza Sitri se sentía intimidada ante la presencia de ambos, todas recordaban como al día siguiente de presenciar su intimidad los vieron ingresar al comedor y solo pudieron bajar la mirada en vergüenza con los rostros completamente rojos. Tsubaki estaba sin palabras y por alguna razón Sona no estaba muy lejos de su situación, aunque no estuvo presente cuando se dio la videollamada... Mientras tanto Akeno parecía brillar con esplendor sin perder una sonrisa de satisfacción, había demostrado su superioridad ante casi todas sus hermanas de harem y apenas se despegaba de su novio. La única que estaba curiosa era Serafall quien no dudo ni un momento en hacerle preguntas a la joven sacerdotisa, en algún momento ambas se perdieron y regresaron horas después... Nadie sabe que hicieron o de que hablaron, cosa que preocupaba a más de uno...

Además, desde el incidente en el bosque Koneko no volvió a aparecer frente al mago, siendo supervisada por Akeno quien termino enterándose de todo por la misma albina quien el explicó la situación. La sacerdotisa intentó convencerla de que hablara con Akari pero la pequeña estaba avergonzada y asustada para confrontarlo, necesitaba tiempo para juntar sus pensamientos y decidir que hacer. Akeno aceptó esto al entender la gravedad de la situación pero le dijo que sin importar lo que pasara estaba segura de que el mago la ayudaría sin importar nada, cosa que dejo muy pensativa a la albina. A pesar de no hablar con el, Koneko se mantuvo a la distancia observando como el joven entrenaba su aura y quedo sorprendido al ver su control... Pero eso lo le evitaba sentir una gran ansiedad bajo ya no tan inexpresivo rostro.

Actualmente nos encontramos con Akari observando como las noblezas corren por el bosque mejorando su condición física acompañado con Nyx desde un punto elevado.

"Entonces..." -se apoyo en el hombro del azabache- "¿Me extrañaste~?"

Akari soltó una pequeña risa. 

"Perdón que no hallamos hablado pero estuvo ocupado" -comentó con una sonrisa triste- "Como puedes ver, tengo mis manos en todos lados"

"Si por todos lados te refieres al sexi cuerpo de Akeno, entonces si" -comentó con una sonrisa pícara-.

Ambos se rieron. 

"Lo admito, tu nuera principal me tiene bastante ocupado" -alzo la mirada- "La única razón por la cual no estamos como conejos es porque tenemos que entrenar al día siguiente"

"Eso noté" -miró a los jóvenes entrenar- "¿Como los ves?"

Akari hizo una pausa. 

"Todos están progresando a su medida, pero la nobleza de Sona les lleva ventaja" -sonrió- "Después de todo tienen una líder muy capaz y que si tiene cerebro" -suspiró- "De una forma u otra tengo que liberar a Rias de su matrimonio si quiero controlar Kuoh al lado de Sona"

"Ese es mi chico" -le dio un leve golpe en el hombro- "Por cierto..." -lo miró de cerca con seriedad- "¿Que conseguiste para que tu poder aumentara de esa manera?"

Akari se le acercó y le susurro algo al oído, al terminar la mujer solo soltó una carcajada. 

"¡Lo lograste desgraciado!" -exclamó con una gran sonrisa- "¡Y encima aprendiste a usar el Ki!" 

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