Un murmullo proveniente de la cocina era perceptible inclusive desde el pasillo en el amplio departamento, por lo que Barcode aun metido en la pijama y con el cabello desordenado arrastraba los pies descalzos hasta cruzar el umbral de la puerta.
Frotaba uno de sus ojos con el dorso de la mano cubierto por la manga de la camisa acolchonada.
── Debe ser un broma. ──bostezó intentando no enfocarse en la reunión que había en el lugar.
Pong estaba recargado en la barra.
Perth tenía la cabeza recargada sobre el respaldo de una silla mientras se sentaba del otro extremo.
Bas abrazaba a Job por la cintura mientras ambos estaban sentados correctamente.
Apo sostenía la tableta electrónica y le mostraba un par de cosas a Tong.
Todos parecían demasiado inmersos en el asunto con el ceño molesto y tazas de lo que parecía ser café entre las manos.
Nadie parecía prestarle atención a la nueva persona en el lugar, y eso estaba bien para el menor. Quien solo se dedicaba a mirarlos con decepción mientras negaba suavemente y caminaba hacía el refrigerador.
Llenó un tazón de leche con cereal y se dedicó a comer en un rincón apartado. Se había colocado los airpods un momento atrás, por lo que las voces habían sido reemplazadas por la música estridente de su banda favorita; slot machine.
El volumen era a tal grado que no escuchó el grito proveniente del otro extremo, desde las habitaciones. Tan solo los vio salir corriendo como sí la vida dependiera de ello y continuo comiendo sin la menor preocupación.
A esas alturas ya no sabía quien estaba más loco. Sí Bible por ser un maldito desgraciado, o ellos por intentar controlar la vida de alguien más.
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La habitación era silenciosa.
Contaba con una tenue iluminación debido a que Blue detestaba la oscuridad.
En el último tiempo le había tomado una aversión increíble, y la mejor solución había sido colocar una lámpara en tonalidades rojas, pues extrañamente eso le ayudaba a conciliar el sueño.
No había podido dormir correctamente luego de la discusión con Apo.
Él se había disculpado y aunque presentaba motivos en apariencia válidos; no podía aceptarlo.
Poco a poco estaba alcanzando su límite y eso lo colocaba sumamente nervioso.
Él no era así.
Le habían repetido hasta el cansancio cómo era antes del accidente pero siempre se sintió ajeno.
Algunas piezas no encajaban y parecía que no lo harían jamás.
