Nefasto, sarcástico, con poca empatia y tacto, eran algunas de las cosas que podrían describir a Kim Taehyung. Una actitud fuera de lo común para una persona de su edad quien ya iba a la universidad.
Incluso en su reducido grupo de amigos parecía se...
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Estaciono su auto afuera de la cafetería.
Saco su billetera contando el dinero exacto para su café de siempre, suspiro cuando le cruzo la idea de que podría haber subido el precio y faltarle dinero.
Termino llevando su billetera.
Aseguro su auto aun si fuera a estar cerca.
Se relamio los labios cuando vio a dos personas enfrente de él haciendo pedidos. Estaba bien, tania diez minutos de sobra.
Casi suspiro de alivio cuando finalmente fue su turno.
–¿Lo de siempre?–
Casi sonrió cuando aquel chico le pregunto.
–Por favor–
–Enseguida te lo traigo–
Jimin era el nombre de ese chico.
Sabia que tenia medio año trabajando en esa cafetería, que necesitaba dinero para continuar sus estudios. Siempre fue amable desde el primer día que se vieron, lo cual fue agradable contando el echo de que todo mundo lo repele por su actitud o la cara de aburrido que siempre lleva.
Aunque no podía decir que tenia una amistad como la de Namjoon, podía decir que la presencia y actitud de Jimin era agradable.
–Aquí tienes tu café–
Asintió mientras entregaba el dinero, estuvo a punto de irse cuando Jimin le hizo una seña.
Espero unos segundos hasta que vio como le era entregado una pequeña caja con algun postre.
–¿Cuanto es?–
–No es nada, últimamente la clientela nos esta engañando con la nueva cafetería que abrió unas calles de aquí– sonrió, tratando de persuadir al otro. –Los postres se han quedado mucho, de tirarlos a darte uno, pues mejor te doy uno–
Taehyung negó, con una pequeña sonrisa, saco un billete entregándoselo a Jimin, sabia cuanto costaban y ese billete cubría más que el precio ddl postre.
–Puedes quedarte con todo el dinero o quedarte con el cambio, tu decides– alzo los hombros restándole importancia a que tal vez ese billete era el doble del precio de su postre.
–¡Gracias Tae! ¡Lindo día!–
Aun dándole la espalda a Jimin alzo su mano en forma de despedida.
Miro la hora en su celular.
Tania veinte minutos para llegar a la facultad y aun tendría varios minutos de sobra para esperar que inicie la primera clase.
Alzo la vista apenas, mirando a su alrededor.
No sabia si era costumbre o paranoia, pero siempre miraba todo a su alrededor por si algo pasaba, ya sea encontrarse algún conocido y no ignorarlo, ayudar a una persona que lo necesita.
