Nefasto, sarcástico, con poca empatia y tacto, eran algunas de las cosas que podrían describir a Kim Taehyung. Una actitud fuera de lo común para una persona de su edad quien ya iba a la universidad.
Incluso en su reducido grupo de amigos parecía se...
Suspiró cuando escuchó su celular vibrar, estaba yendo a la facultad.
Vio el nombre de Misuk en la pantalla, dejó que siguiera sonando hasta que recibió la notificación de una llamada perdida.
Estaba manejando, así que nunca se daba el lujo de responder llamadas, mucho menos mensajes.
Sin embargo, recibió otra llamada.
Tragó saliva sintiéndose molesto al escuchar su celular sonar sin parar, así que contestó, manteniendo el altavoz para no distraerse mientras manejaba.
—¿Misuk? Te he dicho que a esta hora no me llam-
—¿Taehyung?—
Su queja sobre el descuido de llamarle mientras manejaba quedó en el aire al escuchar la voz de una chica desconocida.
—¿Por qué me llamas desde el celular de Misuk?—
Que supiera, Misuk no solía permitir que sus compañeras de clase usarán su celular, solo sabía de la existencia de una conocida.
—¿Eres Taehyung?—
—¿Que quieres?—
—Misuk acaba de tener un accidente en la universidad, eres su único contacto de emergencia que tiene en su celular—
El volante en sus manos se sintió demasiado tensó para controlarlo, sintió una ligera presión cuando el auto se movió de manera repentina.
Recuperó el control del auto casi al instante.
—¿Dónde está Misuk?—
—Estamos en la universidad, la ambulancia aún no llega—
La luz roja del semáforo no fue impedimento para acelerar al mismo tiempo que cambiaba su dirección.
—Llego en cinco minutos—
Fue lo único que dijo antes de colgar, aplastando con fuerza el acelerador.
Misuk había sido una chica demasiado linda con él, a pesar de ser considerado un raro en la facultad y a su alrededor, ella siempre decía que su presencia era amena.
No le habían dicho que clase de accidente le había sucedido.
Pero su mente le creó todas las posibilidades donde Misuk pudiera salir herida en la universidad, y conforme su cabeza creaba un escenario peor al otro sentía su corazón doler y el estómago apretarse.
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Estacionó como pudo apenas llegó a la universidad de arquitectura.
Vio frente a él como un par de paramédicos bajaban de la ambulancia con una camilla.
Sin dudar los siguió, al parecer todos estaban demasiado ocupados por el alboroto que ignoraron como un desconocido entró a la universidad.
Sin importarle un poco que estuviera empujando a las personas, llegó hasta Misuk.
