CAPITULO I

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— COMPAÑIAS INEVITABLES —

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COMPAÑIAS INEVITABLES

Nuevamente la misma pesadilla desde hace meses se repetía en los sueños de Maia Black. Otra noche despertándose bañada en sudor y el insomnio la atacaba, haciendo que sean horas sin poder conciliar el sueño..

Recordando lo que le sucedió a los cinco años y el abandonó de Sirius, su gemelo, hacia Regulus y ella.

Volteo a ver el reloj de pared que tenía colgado a lado de la puerta de su habitación, marcaba las cuatro y un cuarto de la mañana. Era el día antes de la víspera de Navidad y solo pudo soltar un suspiro mientras se dejaba caer hacia la cama.

Fue increíble como en tan solo cuatro meses su vida había cambiado tanto, su madre pasaba enviándole cartas sobre prospectos de esposos con linaje puro y sobre detalles de boda o alguna babosada que incluya uniones nupciales.

Ahora solo veía a Sirius junto a sus amigos, sin nisiquiera mirarla de reojo. Solo veía que Peter Pettigrew la veía de vez en cuando y una vez atrapó a Remus Lupin observandola mientras ella tomaba un libro en la biblioteca.

Hasta ese momento no había convivido con un Potter, pero Brook Rosier incluyo a la pequeña Potter en el grupo de amigos de Regulus y si las sospechas de Maia eran correctas, ya veía a pequeños Black pelirrojos con ojos grises.

Maia dirigió su mirada hacia la ventana y observó como el sol salía a lo lejos, así que decidió comenzar su día de una vez.

Tomo ropa y las cosas que necesitaba para después dirigirse al baño de su habitación. Odiaba realmente cambiarse después de bañarse en su habitación, así que ella prefería hacerlo en el baño.

Cuando salió totalmente arreglada del baño, decidió que era buen momento para guardar en su baúl lo que necesitaría para los siguientes días.

Lo malo de ser una familia de sangre puras son los estúpidos bailes que hacen por cualquier festividad que los adultos toman como pretexto para hacer quien sabe que cosa.

Ese año habían recibido una invitación a pasar unos días en la mansión de los Rosier, quienes serán los anfitriones en dichos bailes, Maia no sabía quiénes más se hospedaran ahí, pero estaba feliz porque pasaría esas fechas junto a su mejor amigo, Evan Rosier.

Cuando el reloj marco las siete de la mañana comenzó a escuchar ruidos en la planta baja y sabía que sus padres se habían levantado, así que decidió salir de su habitación antes de que su madre suba por ella.

Cuando llegó al comedor se sentó en el lugar que le corresponde y no mucho después su hermano se unió. El desayuno fue en total silencio, Maia miraba por ratos a Regulus, lo notaba ansioso y sospechaba el porque.

Efímero | Remus LupinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora