Segundo día: Compartiendo hobbys.

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—¡Hasta mañana! —se despide Amaya de sus amigos. La noche de heroísmo terminó, les ganaron a los lobezno y por fin es hora de irse a dormir.

Cada quien entra a su casa por la ventana con el sigilo digno de ellos, espera un poco más de media hora para asegurarse que Greg y Connor ya estén dormidos y que no la sigan. Toma la tablet, se asoma por la ventana con cuidado, en silencio salta de ella y usa sus poderes para volar con velocidad lejos de ahí. Intenta ser lo más rápida, ya lleva diez minutos de retraso; la persona que se encuentra esperándola odia perder el tiempo y esperar a los demás.

Quizás por eso Ululette se siente especial, él siempre espera por ella a pesar de todas sus quejas y reclamos.

Llega a un edificio abandonado y en mal estado pero seguro, está algo alejado de su hogar y por supuesto del cuartel. Aterriza en el techo y sonríe al oír su voz decir:

—Hasta que te dignas a venir, pajarraco —El ninja la mirá desde donde está sentado: una silla que el trajo desde la tercer noche. Su entrecejo fruncido la hace darse cuenta que quizás fue más de diez minutos de retraso. Él continúa hablando—. ¿No ves que está cerca de amanecer?

—Son las tres de la madrugada, faltan dos horas para eso —rueda los ojos al decir eso. Acomoda la tablet en un lugar alto y seguro luego de haber teclado un vídeo en ella—. Igualmente quiero llegar a mi cama temprano, ¿Empezamos ya?

—Es algo irónico —el Ninja Nocturno se pone de pie, camina hacía a su dirección de forma floja al mismo tiempo que mueve las manos de forma exagerada mientras habla—, vienes tarde y quieres irte temprano. ¿Acaso te desagrado tanto?

Ululette pone los ojos en blanco, no le responde, en cambio, le pregunta:

—¿Haz oído las canciones de Rosalía?

—Te preguntaría el por qué, sin embargo, claramente la coreografía que traes es de la artista, ¿Qué canción?

—Ya verás —Ululette le guiña un ojo juguetona y, tomándolo de la mano, lo acerca; eso que nunca llegará la estaba exasperando—. Adoro sus canciones y sus ritmos, me encantan sus bailes, ¡Son realmente increíbles! Te van a gustar.

—¿Y si no me gusta?

—Me vale un comino.

En Ninja Nocturno ríe con gracia, siempre le es divertido oírla decir insultos, especialmente cuando él había sido quien le enseñó algunas malas palabras.

Luego de una breve pelea más comenzaron a bailar juntos, realmente lo hacen bien. Ninguno se queja del hobby que practican juntos.

Pj Shipping Week.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora