Dos semanas habían pasado desde el 'incidente' si así se le puede decir, en mi habitación
Tres dias, hasta hoy han pasado desde que Joel me dirige miradas comprometedoras. Hay ratos que le sigo el jueguito de miradas pero después me lo cuestiono, es amigo de mi hermano, es bandido y es mayor que yo. La edad nunca ha sido un problema pero quiero pensar que con él si
—¿Que carrera estudias?—Su mirada negra me comía completamente
—Nada que te interese—susurre sosteniéndole la mirada, hasta que la baje al ver cómo sonreía de lado y me seguía penetrando con esa mirada oscura
—¿Cuánto tienes? ¿Diecisiete, diecinueve...?
—Veintidós—Me cruce de brazos y seguí viendo a mi hermano, que estaba con una pelirroja de buen cuerpo, de seguro hoy no irá a casa—¿Y tú cuánto tienes, cincuenta o sesenta?—escuche una pequeña risa por parte de él, tiene bonita risa
—Tú cuánto crees—me miro por última vez, antes de pararse e ir donde mi hermano
[...]
Tenía coraje, vine a este evento obligado y de paso me dejan solo, Peter tuvo la suerte de no asistir a ultimo momento. Agarre las llaves de mi carro y camine rápido a la salida del parqueadero
Para mi mala suerte me encontré a Joel borracho tratando de abrir el que supongo que es su carro
Ignóralo, y solo súbete para ir a casa y estar acostado comiendo lo que se te antoje
—Niño, ¿Meee ayu...das?—ignóralo, ignóralo, ignóralo, por lo que mas quieras solo ignóralo
Vi como se cayó de nalga al suelo y su quejido no tardó en salir. Bien comenzaré desde hoy haciendo mi buen labor social, ayudaré a esta pobre alma borracha
Abrí la puerta de copiloto, y como pude pidiéndole un poco de esfuerzo a Joel logré meterlo al carro, para tener buen físico pesa bastante. No pude evitar fijarme en el pequeño tatuaje que tenía atrás en el cuello, solo era una inicial con una fecha por lo que pude reconocer ya que estaba escrito en Romano
Le puse el cinturón de seguridad y me subí rumbo a casa.
Frene de golpe cayendo en cuenta que en casa no lo puedo llevar Zabdiel pensaría mal y se armaría un gran problema si lo ve por la mañana
—Joel, despierta—mordí mi labio nervioso, y seguí llamándolo para que despertara pero no lo lograba hasta que lo comencé a sacudir y por fin abrió los ojos—¿Donde vives?
Pero los cerró de nuevo. Me tomo más de quince minutos tratar que despertara pero lo conseguí pero a costo de no entenderle los balbuceos
Solté un suspiro frustrado y lo manoseé tratando de encontrar su celular