Gemí del dolor al ver la bala incrustada en mi abdomen bajo en la parte izquierda, y dos más en mi hombro. Habíamos llevado el plan pero no contamos con que los jodidos alemanes estuvieran preparados. Logramos acabar con algunos pero los que están aún resistiendo son rogues, nos llevamos una gran sorpresa cuando lo descubrimos
Escuche las balas resonar por el pasillo y con la respiración agitada entre en una pequeña oficina
Ya no resistía más me habían herido con balas de plata. Me recosté en un rincón con mi arma a la mano listo para dispararle a quien sea que pase por esa puerta. Me sentía débil culpa de la plata mortal que estaba en mi cuerpo
Sabía que el equipo no tendría problema en acabar con todos ahora que elimine a la mayoría, solo esperaba que mi sacrificio valiera la pena.
Los ojos me pesaban cada vez más, no resistía estar despierto, las manos las tenía adormecidas, y el pitido en mi cabeza no ayudaba mucho
[...]
Desperté sudando y con el corazón a mil, cerré los ojos con fuerza al impactar con la luz.
Los abrí lentamente intentando acostumbrarme hasta que lo hice, pude observar que estaba en un hospital, conectado a una máquina y lo que parecía ser suero
Me senté despacio, ya que sentía mi cuerpo demasiado pesado, la máquina comenzó a sonar haciendo que me desespere del dolor que me provocaba en la cabeza
—¡No te muevas idiota!—Mi mirada cayó en la puerta, al reconocer su voz. Todo dolor desapareció para darle paso a los nervios y a la taquicardia
—¿Que haces aquí?—Mi voz salió pastosa debido a la falta de agua
No respondió simplemente salió y a los minutos volvió con un señor en bata blanca que reconocí de inmediato
—Alpha Joel, me alegra que haya despertado—Giré como el exorcista hacia donde estaba Erick, el cual solo se mantenía serio y con la boca en una línea. Él lo sabía—Lleva dormido tres días
—¿Donde está Leonel?—Susurre sorprendido ante lo que me dijo
—Con el Alpha Zabdiel, ¿Desea que lo haga entrar?
Asentí para verlo salir dejándome a solas con Erick
—¿Quien te lo dijo?—Alzo su mirada y me dedicó una sonrisa, una que no recibía hace mucho. El sabía que me derretía cuando me sonreía así
—Vi al chico Leonel transformase cuando hablaba con Zabdiel, ya sabes que soy curioso—Sus mejillas tomaron un color rosa bajito, agacho la mirada cuando se dio cuenta—Oía la conversación, y después lo vi, de lo asustado que estaba hice que me descubrieran y bueno, mi hermano se encargó de explicarme todo—Alzó su mirada pero esta vez no transmitía nada, estaba en un estado neutro—Me ofreció disculpas por haberme dicho tú secreto, días antes de todo esto, también me explico sobre su especie y lo que tú y yo somos
Se quedó callado, un incómodo silencio se instaló en la habitación. Tenía esperanzas de que volviéramos a estar juntos, esta vez sin mentiras. Puesto que el ya sabía todo pero por boca de alguien más
—Erick, quisiera que estemos juntos para siempre, deseo hablar contigo y aclararte todas las dudas—Hablé sin dejar de mirarlo—Solo necesito que me digas que si, que nos daremos otra oportunidad
Otra vez aquel silencio incómodo reino. Solo que ahora podía ver a Erick nervioso y con la mirada gacha
—No lo creo Joel, yo necesito mi tiempo—su voz salió rota, como si no lo conociera sabía que quería llorar—Son muchas cosas y no puedo, no quiero estar contigo ahora, solo vine porque me preocupe por el estado en que te encontrabas, pero sabes bien que no te quiero cerca de mi
Se fue tan rapido como dijo todo, sonreí amargamente y me rendí, si este es mi castigo por mi pasado lo aceptaré, ya me canso toda esta mierda
La puerta se abrió dándole paso a Zabdiel, Leonel y Luis
—¿Que le dijiste?—Zabdiel se mostró confundido refiriéndose a su hermano
—Nada que te interese—gruñí cabreado agradeciendo que ni uno de los tres hayan dicho algo después