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-"¿Quackity? ¡¿Quackity?!"

El pato sintió como le llegaba un golpe en la cara, cosa que lo hizo reaccionar.
Levantó la cabeza de golpe y vio a Sapo Peta parado enfrente de el.
-"¡Cabrón, eso no hacia falta!"
-"¿Estas bien?" La expresión del druida mostraba preocupación. "Has empezado a temblar, ¿Que has visto?"
-"¿Cuál temblor? Pues si no es septiembre." Respondió nervioso. "¡Puta madre, se me va a quemar el arroz wey!" Retrocedió rápidamente y salió de la choza.
-"¡Quackity, regresa!"
Escuchó gritos de Sapo Peta a lo lejos pero no se detuvo. Corrió hasta salir del pantano donde se encontraba el hogar del druida.

Se quedó quieto apoyado de un árbol para recuperar el aliento, estuvo un rato viendo una hoja seca que estaba en el piso del bosque. Las cosas que había visto cuando tomó la pócima lo habían dejado con muchas dudas, pero ahora esos recuerdos estaban empezando a desaparecer como si se tratase del típico sueño que olvidas cuando despiertas. Una pequeña rabia comenzó a adueñarse de su cuerpo cuando escuchó a Sapo Peta llamarlo a unos cuantos pasos de el, no quería contarle las cosas que había presenciado pero parecía que no iba a dejarlo en paz hasta que lo hiciera.

-"Quackity..." Sapo Peta bajó de su escoba mágica.
-"Ya pues, te voy a contar." Interrumpió Quackity.
-"No.. solo-"
-"Vi un pueblito muy bonito y pacífico. Si.. y ahí estaba...yo....haciendo cosas de... comerciante. Y todos me querían mucho y todo era felicidad. Si, ya.. ¡tuve una vida pasada muy feliz!" Terminó con una sonrisa claramente forzada.
El druida quedó en silencio por un rato.
-"Solo quería decirte que... Entiendo que no quieras contarme qué fue lo que viste, pudo a ver sido una experiencia traumática, lo comprendo."
-"¿Traumática? El menor rió nerviosamente. "No, no, no nada de eso. Ya te dije, todo fue feliz."
-"Vale." Respondió Sapo Peta.
-"Bueno, adiós." Dijo rápidamente.
-"Espera."
Quackity suspiró con frustración.
-"También quería advertirte acerca de que los efectos de la pócima solo durarán unos minutos, después de eso olvidarás la mayoría de las cosas y empezarás a..."
El pato salió corriendo antes de que Sapo Peta terminará de hablar.

°°°

Quackity corría hacia su casa mientras trataba de no olvidar las cosas que la poción le había mostrado, las repasaba en su mente una y otra vez para no perder ningún detalle. Estaba desesperado por llegar a su casa pero se estaba empezando a cansar y parecía que en cualquier momento sus piernas dejarían de funcionar. No podía quedarse así, haría lo que fuera necesario por dejar plasmados esos recuerdos en el libro.

Bajó por un pequeño camino rocoso hasta llegar a la orilla del mar, se aventó al agua y sacó su tridente para llegar más rápido. Las ramas de los árboles que rodeaban su casa suavizaron la caída, saltó hacia la arena y finalmente entró a su casa. Se quedó quieto durante un momento para descansar y que su vista se adaptara a la oscuridad.
Se dirigió hacia el lugar donde tenía el libro y lo tomó junto a la pluma que tenía encima de su cama. Le dió un tic en el ojo cuando se dió cuenta de que la botella de tinta estaba vacia.

-(Puta madre, que hice mal, Dioses.)
Comenzó a buscar con rapidez por todos sus desordenados cofres. El corazón le latía más cada que abría un cofre y no veía la tinta. Los recuerdos empezaban a ser más difíciles de recordar, empezó a repetirlos en voz alta.
-"El wey del pelo verde... Eh.. ¿Sam?"
Abrió el último cofre que le quedaba por revisar y no encontró la tinta. Pateó el cofre como niño chiquito.
-"El prisionero mató a Jhonny pero...no, aguanta, era...Tommy."
Volteó la mirada hacia los animales colgados que tenía al lado de la mesa de crafteo, siempre le daban escalofríos. Pero esta vez se le había ocurrido algo.
-"Dream sabe cómo revivir personas.."
Quackity seguía repitiendo las cosas que podía recordar mientras ponía uno de los animales muertos sobre la mesa.
-"Discusiones con el prisionero..."
Puso el libro y la pluma sobre la mesa, al lado del cadáver de la vaca.
-"El vato pide ayuda a Sam cuando... ¿Yo?" Quackity se quedó en silencio un rato.
-(Verga, eso suena raro cuando lo digo en voz alta.)
Cortó la cabeza del animal con su espada, la sangre empezó a derramarse por toda la mesa, un desastre más que tendría que limpiar luego. Tomó la pluma y la manchó con el líquido rojizo que seguía saliendo de la cabeza. Abrió el libro, le resultaba más difícil escribir pero sintió alivio, por fin pudo anotar con detalle todo lo que había visto.

La memoria perdida [K!Q] [Karmaland]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora