La memoria perdida [K!Q] [Karmaland]

9

Quackity salió de su casa con una mochila puesta, antes de irse revisó las cartas que tenía en su buzón, se encontró con una reciente de Luzu, la había dejado esta mañana.

|•"Querido Quacks:
Se cómo te sientes pero entiende que lo hice por tu bien. Me gustaría que..."

El joven dejó de leer y arrugó la hoja para lanzarla hacia el mar. Caminó por su puente hasta cruzarlo y se encaminó hacia el pueblo. Los cambios habían sido rápidos, no habían pasado más que tres días y ya todo estaba diferente, ya no era el mismo pueblo colorido y lleno de vida que vio cuando estuvo por primera vez en Karmaland. Estuvo recorriendo el lugar durante un rato hasta que vio el ayuntamiento, caminó hacia la construcción hasta que un grupo de guardias vestidos con una túnica negra le cortaron el paso.

-"Solo el alcalde tiene permitida la entrada, de la vuelta."
-"A mi no me van a decir que hacer eh, pendejos."
Dos de los guardias alzaron sus armas y apuntaron hacia el.
-"Está bien, está bien eso no hace falta. Ya me voy pues."

Quackity bajó la cuesta y se fue detrás de un árbol para que los guardias lo perdieran de vista, dejó su mochila en el piso y de esta sacó la bufanda de invisibilidad. Rodeó la construcción para entrar pero no esperaba que hubiera guardias vigilando esa zona también, volvió al arbusto y rápidamente sacó la espada que había guardado.

Después de deshacerse de los guardias, abrió la puerta del ayuntamiento y entró. Recorrió el lugar hasta encontrarse con unas escaleras que subió, escuchó voces que provenían de lo que parecía ser la oficina del alcalde. Subió las escaleras por completo y se puso detrás de la puerta para escuchar.

-"Algunos guardias lo han visto en la entrada del ayuntamiento."
-"¿Sigue aquí?"
-"No."
-"La próxima vez que lo vean traiganlo aqui."
-"Por supuesto. ¿Necesita algo más?"
-"Eso es todo, puedes irte."

Quackity escuchó pasos cada vez más cerca de el, retrocedió para dar paso al guardia. Espero a que bajara y luego corrió hacia la puerta pero se cerró antes de que pudiera entrar eso causó que chocara contra esta. Volvió a escuchar pasos acercándose detrás de él, cuando se dió la vuelta se dio cuenta de que dos guardias estaban subiendo las escaleras. Se apartó de su camino lo más rápido que pudo sin hacer ruido, se preparó para correr cuando uno de los guardias sacó la tarjeta que abría la puerta de la oficina. Rápidamente empujó al guardia que estaba detrás y le arrebató la tarjeta al otro. Con la tarjeta en la mano bajó las escaleras con los guardias detrás de él que lo habían descubierto porque la tarjeta lo delataba.

-"¡Vuelve aquí!"

Salió por la puerta trasera, se paró detrás del arbusto donde tenía su mochila escondida y guardó la tarjeta. Corrió hacia la salida del pueblo y cuando volteó hacia atrás vio que aún lo seguían los guardias, ellos no podían verlo a el pero si a la mochila. No podía seguir corriendo por la eternidad, tenía que buscar un lugar en el que esconderse, la casa de Rubius le quedaba cerca y era la opción más segura así que se dirigió hacia ella con rapidez con los guardias aún detrás de él rodeó la casa de Rubius para tratar que los guardias lo perdieran de vista. El rubio, que estaba dentro de su casa, pareció ver lo que sucedia y abrió la puerta a Quackity.

Ya adentro tomó aire y se quitó la bufanda. Los guardias aparecieron en la entrada, preguntando por un ladrón. Rubius cubrió a Quackity negando todo lo que le preguntaban, después de un rato los guardias parecieron convencidos y se fueron.

-"¿Ahora que has hecho?" Preguntó Rubius que parecía recién levantado.
-"Nada importante, ya me voy."
-"Por lo menos agradeceme, ¿no?"
-"Adiós, Rubius."

Rubius abrió la puerta para que el pato saliera de su casa. Después de alejarse de la casa del rubio caminó con más tranquilidad hacia su casa, aunque sabía que el sería el más sospechoso y que los guardias lo estarían vigilando. Pero eso no le importaba porque la tarjeta que había robado le daba la oportunidad de vengarse de Luzu, aunque, antes de eso quería verlo sufrir.