La memoria perdida [K!Q] [Karmaland]

6

Cuando anocheció Quackity salió de su casa para ir hacia la choza de Sapo Peta, estaba dispuesto a volver a la cárcel y soportar a Rubius con tal de conseguir más pociones.
Estaba a un paso de entrar al bosque cuando escuchó pasos provenientes de un arbusto que estaba cerca de el, sacó su espada y se preparó pero antes de lanzar un golpe con la espada vio la silueta de alguien familiar.

-"¡Lusu!"
El llamado pareció sobresaltarse debido al repentino grito.
-"Joder, Quacks. Me has asustado." Luzu salió completamente del arbusto y se acercó al menor. "¿Que haces aquí a tan altas horas de la noche?"
-"Ah pero si la edad te ha convertido en una vieja chismosa."
El de pelo castaño se quedó en silencio viendo al pato con cara sería.
-"Voy a explorar." Dijo Quackity que ya se estaba empezando a poner nervioso.
-"Vas a la choza de Sapo Peta."
-"¿Que? No, no.. ¿Por qué piensas eso?"
-"Vengo de ver a Sapo Peta, quería verme para hablar de lo que habías estado haciendo."
-"Hijo de su puta madre." Dijo el menor en voz baja, con la intención de que Luzu no oyera.
-"Vamos a hablar mi casa, ya es muy tarde."
-"No gracias, Lusu. Tengo que ir a explorar como ya te dije."
Luzu suspiró y jaló a Quackity del brazo para llevarlo a rastras hacia su casa.

En el camino Quackity iba gritando dramaticamente como si lo estuvieran secuestrando de verdad, causando que varios aldeanos se despertarán y salieran a reclamar, Luzu tuvo que arreglar las cosas con los habitantes del pueblo.
Ya en la casa del castaño, Quackity fue obligado a tomar asiento en el sillón. El dueño de la casa lo miro con severidad, así estuvieron durante unos segundos.

-"Estoy esperando explicaciones, Quacks."
-"Yo no tengo que explicar nada porque no hice nada."
El mayor soltó otro suspiró y se acercó al sillón para sentarse al lado de el.
-"¿Por qué estás tan obsesionado con esas pócimas?"

La casa se llenó con silencio absoluto, Quackity quería contarle a alguien todo lo que había pasado para desahogarse pero no sabía cuál sería su reacción o si debería confiar. Luzu siempre ha estado acompañandolo desde que llegó a Karmaland, siempre ha sido una persona en la que podía confiar. Tal vez debía contarle las cosas que había hecho pero tenia recuerdos en su cabeza que lo hacían dudar. Su reflexión fue detenida por un golpe leve en el hombro.

-"Quacks, recuerda lo que te dije. Soy la única persona en la que puedes confiar."

Tal vez Luzu tenía razón. Desde el primer día en aquel pueblo los demás sólo se aprovechaban del el o lo apuñalaban por la espalda. Luzu era la única persona en la que podía confiar, tan pronto como llegó a esa conclusión se preparó para soltar todo.

-"¿No has tenido la sensación de que has vivido otra vida?"
-"Si, muchas veces recuerdo a alguien, puede ser que fuera alguien importante para mi..."
-"Bueno, yo también tuve sueños con personas y lugares que no conozco pero sé que son importantes." Quackity hizo una pausa y luego siguió. "Un día en la casa de Rubius.. me enteré de que Sapo Peta tenía una poción de memoria. Le pedí que me diera una para obtener respuestas sobre los sueños y desde ese día he estado tomando las pociones."
-"¿Has descubierto algo?" Preguntó el castaño con interés.
Quackity asintió mientras un escalofrío recorría su cuerpo al recordar las escenas sangrientas.
Luzu notó la reacción del menor.
-"Entiendo que no quieras-"
El mayor fue interrumpido por un abrazó repentino.
-"Fui... Fui una persona terrible, hice.. hice cosas horribles.." Soltó Quackity con un nudo en la garganta.
Luzu le devolvió el abrazo al pato que rompió a llorar.
-"Está bien, está bien." El de pelo castaño acarició la espalda de Quackity. "Quacks, ya no le des importancia a tu pasado. Lo que de verdad importa es lo que eres ahora, una persona que siempre sabe cómo hacer reír a los demás, alguien con un gran corazón y carisma."
El menor sollozó.
-"Nunca olvides que me preocupo por ti, quiero que seas feliz. Siempre te querré pase lo que pase."
Luzu siguió consolando a Quackity durante varios minutos más, hasta que el pato se tranquilizó y cayó dormido.

[• ° • ° •]

Pasaron varios meses después de eso, realmente le había ayudado dejar todo eso de las pociones de lado ahora podía dedicar más a tiempo a el mismo y a su campaña para la alcaldía del pueblo. El documento que había encontrado en la cárcel le había ayudado mucho a saber cosas acerca de los habitantes de Karmaland y así ganar sus votos. Fue a visitar a Sapo Peta para disculparse por las cosas que le había robado, las cosas iban muy bien. Parecía que nada podía salir mal.

Era una noche con luna llena, ahora estaba de camino a su casa después de un día entero de citas con algunos habitantes del pueblo. Ya faltaban pocas semanas para el día de las elecciones y todavía tenía que reunirse con los demás integrantes para hablar sobre las votaciones. Eso es lo que había estado haciendo durante meses. Si que habían sido meses bastante movidos, la muerte de su hijo, Merlon Vegetta, era uno de los motivos principales por los que quería presentarse como candidato.
Ya dentro de su casa, le dio de comer unos pescados al Osito Bimbo que, como siempre, estaba de mal humor. Después de eso se cambió el traje a una ropa más cómoda y se dejó caer a su cama.
De reojo pudo ver el libro que había dejado encima de la mesa de crafteo, los recuerdos volvieron a atormentarlo. Volteó la cabeza hacia otra dirección para limpiar su mente, tal vez lo mejor sería quemar el libro de una vez. Cerró los ojos y trató de conciliar el sueño.

•

Todo se volvió oscuro y silencioso, no podía moverse ni hablar. Al otro lado de la habitación vio la sombra de alguien, sintió desesperación al ver como la sombra se acercaba lentamente hacia el, todavía no podía moverse ni siquiera un poco pero lo tranquilizó saber que se trataba de un sueño. La persona se quedó parada enfrente de el en silencio, solo estaba observando, Quackity no podía ver quién era. Hasta que algo empezó a escucharse, crujidos en las paredes comenzaron a llenar la habitación, cayeron pequeñas piedras del techo y poco a poco su casa se desboronó dando paso a la luz de la luna.
Se quedó de piedra al ver quién estaba delante de él.