Camino en penumbra sin ver más allá de mis manos, hay algo detrás de mí, puedo sentirlo. Doy vuelta buscando ver más allá, pero es imposible.
Mi corazón palpita desbocado, trato de buscar algo con las manos, pero grito de dolor cuando siento una mordida, me quema, aprieto y sacudo mi mano en dolor.
Cuando mi vista enfoca al frente, escucho pasos y el crujir del piso de madera me recuerda lo que tenía enterrado en lo más profundo de mi mente. Corro, corro lo que más puedo, pero es imposible escapar, es un circulo interminable. De pronto, me encuentro en el lugar de mis mayores pesadillas, se siente tan real estar aquí de nuevo que mi piel se eriza. El colchón viejo y sucio que sigue manchado con mi sangre, el olor a fluidos, orina y heces, me revuelve el estómago, tengo que salir de aquí. Necesito salir de aquí.
-Mi pequeña conejita, te extrañe tanto. Todos te extrañamos.
Mi cuerpo retrocede inconscientemente, mi piel se vuelve a erizar y me pica el cuerpo cuando escucho esa voz, me paralizo cuando lo veo salir de entre las sombras.
Es una pesadilla, es una pesadilla, es una maldita pesadilla.
No es real, no puede ser real.
Mi cuerpo está a punto de convulsionar cuando se acerca, mis ojos pican y mi rostro se llena de lágrimas. Su tacto al tirarme al colchón me hace cerrar los ojos con fuerza, y mi cuerpo convulsiona a la espera de lo que sigue, lo sé, me destrozara.
El frio de las cadenas alrededor de mis muñecas y tobillos me inundan en terror. Su horrible sonrisa me advierte lo que sé que sigue, el cuchillo caliente frente a mí en sus manos se aplica en mi piel desnuda y grito, grito con todas mis fuerzas por ayuda.
Mis ojos se abren cuando siento una mano fría en mi frente y puedo ver la luz del atardecer por la ventana.
-Tuviste una pesadilla pequeño infierno -el hombre que últimamente trata de volverme más loca esta frente a mí.
-¿Qué hago aquí? -pregunto observando la gran habitación para luego levantarme de la maravillosa cama que no pude disfrutar, tristemente.
Solo cuando estoy de pie noto que estoy desnuda, con razón se sentía tan cálido y suave el cobertor, el hombre aun frente a mí se aleja un poco para observar mi cuerpo con detalle y frunce el ceño cuando se encuentra con mi mirada.
-Desearía saber el motivo por el cual, tu cuerpo está en este estado -ante su obvia interrogante simplemente me miro en el espejo que encuentro frente a mí, me acerco un poco, obviamente no responderá a mi pregunta.
-Ya me tuteas, tener sexo no significa que tengas mi consentimiento para eso. Eres mi profesor, no mi amigo ni nada por el estilo -sin responder a su pregunta observo mi cuerpo, mierda, estoy como un aguacate golpeado.
-No has respondido aun -mierda, como si tuviera derecho a preguntar algo sobre mí.
-Eso pregunto yo ¿Qué mierda es esto? -señalo los moretones que combinan perfectamente con mis cicatrices y marcas del resto de mi cuerpo, sobre todo la enorme marca de mordida que tengo en el cuello ¿es tan grande su boca? no sentí que fuera tan rudo como para dejar sus dedos marcados por todo lado donde me toco, o talvez, estaba demasiado concentrada en otros estímulos.
-Me disculpo por eso, use más fuerza de la que debería. Pero... -deja el, pero en el aire, sé que quiere que responda sobre mis cicatrices, me importa una mierda lo que quiera saber, no es de su incumbencia.
Sin emitir palabra, busco con mi mirada mi ropa. Mientras busco estoy consciente de su mirada sobre mí, pero por alguna razón, me siento cómoda, no siento que me esté juzgando, no tiene asco, solo hay curiosidad. Un rastro de enojo en su mirada y algo más, algo que no reconozco y no quiero reconocer, solo quiero salir de esta casa y llegar a la mía. Deseo con todo mi ser simplemente acostarme y descansar.
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El Dulce Sabor de la Perversión (En edición)
FantasyYazlyn ha sobrevivido a las sombras de su pasado, sin saber que el mayor peligro está en los brazos de quien dice amarla; de la oscuridad que lleva dentro y que arde por ella. "Un deseo ardiente se apoderó de mí, inundando cada fibra de mi ser con...