† Capítulo 22 | Enamorado de un hombre

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Los días pasaron más rápidos de los que Yoongi hubiera querido y, antes de que pudiera darse cuenta siquiera, se encontraba frente al espejo, mirándose en él mientras arreglaba por última vez el nudo de su corbata. Deslizó sus manos por la fina capa del traje azul marino, suspiró y echó su cabello repeinado hacia atrás para evitar que cayera por sus cejas y le impidiera ver con precisión. Tomó las cosas básicas y salió de casa dispuesto a hacer lo que fuera para no ser condenado de manera injusta. Maldición, ni siquiera tenía un abogado y quería darlo todo.

Negó con la cabeza perdido en sus pensamientos mientras caminaba a paso rápido hacia los juzgados del condado, su reloj marcaba las ocho y cuarenta de la mañana, tenía al menos quince minutos para llegar. No perdió el tiempo, siguió caminando sin distraerse y, pronto, se encontraba frente a la institución, dando su documento de identidad.

— Min Yoongi, tengo un juicio en la sala nueve —miró al agente de seguridad, el hombre miró la foto del documento y se lo cedió—. Gracias.

Tomó su acreditación y se perdió por los pasillos del juzgado en busca de la sala. No mentiría, no era la primera vez que había pisado esos suelos, pues cuando Sunhee falleció tuvo que acudir a ellos junto con su notario para firmar los documentos de la herencia y algunos otros más.

Era diferente, anteriormente había venido para firmar documentos y dejar en paz el alma de Sunhee.

Ahora se encontraba siendo juzgado por besar a su hermano en público.

Cómo cambiaban las cosas en algunos meses, ¿eh?

En su opinión, no fue nada planeado, al menos no por él, así que no tenía culpa de nada más que de amar.

Amar.

Esa palabra sonaba tan lejana y tan cálida a la vez, que sentía que no existía, que era parte de su imaginación.

Como eso y otras cosas más.

Se detuvo antes de entrar a la sala, recargó sus fuerzas mentalmente y suspiró antes de abrir la puerta y darse paso. Miró a todo su alrededor, un agente se acercó para guiarle a su asiento. Con una leve reverencia le agradeció, tomó asiento y miró al frente, esperando por las demás personas que tuvieran que venir a declarar. Tan perdido en sus pensamientos que ni siquiera vio una conocida cabellera naranja entrando por la puerta, acompañada de otra negra y una a mechones verdes.

Dejó su mano en su hombro, le sonrió cálidamente y Yoongi se sintió desfallecer al voltear y ver a Jimin ahí con él.

— ¿Qué haces aquí? —Habló en susurros, se levantó rápidamente para encararle y dejó sus manos sobre sus hombros—. No puedes estar aquí, pueden condenarte o algo así.

Jimin negó con una sonrisa.

— Me mandaron una carta también, pero al ser menor no se me obligaba a asistir —le miró—. Pensaba que me habían adoptado, te juro que casi enloquezco.

Yoongi rió suavemente, rodó sus ojos y miró sobre los hombros del chico de cabello naranja, saludó a Jungkook y Taehyung tras él y, luego, llevó sus manos a las mejillas de Jimin.

— Digan lo que te digan, di que yo te obligué —comenzó el mayor, Jimin negó lentamente, pero Yoongi no dejó que hablara—. Sí, Jimin, sino van a condenarte y no podrás ir al servicio militar nunca.

El menor enmudeció, le miró con ojos grandes y expectantes.

— Pensaba que no querías que fuera.

— Y no quiero —confesó—. Pero es tu sueño, no puedo hacer nada para entrometerme. He comprendido que es algo que te apasiona, así que no puedo hacer más que aguantarme y esperarte el tiempo que haga falta.

My Only Fate † YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora