7 El Corazón de Mihrimah

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1539, inicios

Desde el balcón de sus aposentos Muhteşem Valide Sultan Hürrem veía a su hija, la sultán del imperio parecía hablar con un joven, la sultana se alegro de que así fuera. Mihrimah merecía ser feliz, aunque fuera con alguien como aquel joven.

A lado de ella estaba Mihrişah Hatun y Rasa Hatun, ambas criadas le traían información relevante del joven con el que Mihrimah se estaba relacionando en estos momentos.

— ¿Y bien? — pregunto Hürrem Sultan — ¿Quién es él y de dónde viene?

— Polonia, igual que usted señora — dijo Mihrişah Hatun.

— Ya veo.

— Es educado y prudente además es muy guapo — dijo Rasa Hatun.

— Lo veo, ¿Creen que olvide a Bali Bey? — inquirió Hürrem Sultan.

Ambas mujeres no sabían que decir u opinar, sin embargo aquel joven podría ser el clavo que sacará otro clavo.

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Malkoçoğlu había llegado al palacio de la sultán. El hombre de mediana edad tenía algunos pendientes en el diván por unos asuntos que trataría. También había escuchado por voz de Lütfi Paşa que había sufrido un desmayo.

¿Y si aquel amor que sentía por la dama de ojos esmeralda era una ilusión, un sueño?

La vió en el balcón, la dama por unos segundos lo observo e imagino que le sonrió. La que trae alegría. Malkoçoğlu fue el encargado de salvarla en más de una ocasión siempre sirviendo a Rüstem Paşa.
No podía dejar de pensar en ella, era la única mujer que le interesaba. La única en su corazón.

Mihrimah reía con el joven, era gracioso ver a la mujer que dijo amarlo con alguien más y disfrutando del tiempo. Se acerco para saludarla, a final de cuentas era la sultán.

Un Agha llegó hasta Malkoçoğlu.

— No puede interrumpir a la sultán — dijo con un semblante serio — Está con su harem.

— Iré de todos modos — dijo Malkoçoğlu, un hombre más lo detuvo.

— Perdiste tu oportunidad Malkoçoğlu, deja que nuestra sultán sea feliz — dijo Kemer Agha.

— ¿Tú me dirás que hacer viejo amigo?

— Yo te diré en que estás mal, enamoras a la sultán y después le dices que no deseas casarte con ella. No arruines su momento con aquel joven, tal vez la haga feliz él.

Era verdad, los ojos de Mihrimah brillaban cuando hablaba con aquel joven y era ajena al mundo con él.

— ¿Puedes ser tan cruel como para ir y arruinar su momento?

Malkoçoğlu negó con la cabeza.

— No, no lo seré — dijo.

— Lütfi Paşa te necesita para ver los preparativos de la misión en las fronteras con los persas. Hay un enemigo dentro del palacio con el propósito de asesinar a la sultán. Hemos recibido información muy importante — dijo Kemer Agha.

— ¿Los que atrapamos en Edirne no son los únicos? — inquirió Malkoçoğlu.

— Taşlıcalli ha descubierto infiltrados en el palacio de Amasya, obviamente desean asesinar a la Sultán y tomar el control.

— Malditos perros.

— Lo peor es que el mismo Khan de Crimea los está apoyando, desde la muerte de su hijo ha echo tratos con los persas para destronar a la sultán. El imperio está en peligro y no hay quien nos proteja más que los jenizaros — dijo Kemer Agha.

Mihrimah, La Sultan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora