1539, mediados
Valide Hürrem Sultán caminaba con apuro hacia los aposentos de su hija la sultan del mundo. Por la mañana había recibido una carta por parte de la Reina de Inglaterra quien le brindaba su apoyo y solidaridad en contra de aquellos que la veían como una mujer débil y deseaban atacarla. Hürrem Sultán tuvo el atrevimiento de leer la carta y pensaba que esta era una buena o mala oportunidad para el imperio otomano. El poder de Mihrimah y su popularidad eran buenas, pero tener el apoyo de Inglaterra era una gran oportunidad.
Valide Hürrem Sultán hizo una reverencia cuando estuvo ante su hermosa hija y sultán, lo único que le quedaba después de tanta tormentas en este palacio. El único recuerdo de Soliman. Del que una vez fue su amado sultán.
— ¿Que necesitas madre? — pregunto Mihrimah con una sonrisa — Me han dicho que era urgente, necesito firmar unos tratados con Polonia y Venecia.
— Es importante, hemos recibido una carta de nuestra amiga la Reina de Inglaterra — dijo Hürrem — Te brindarán apoyo si decides destruir al Khan de Crimea.
— No es un enemigo poderoso, no necesitamos de nadie más — dijo Mihrimah convencida.
— Inglaterra es un fuerte aliado, sé que tu padre fue enemigo de su padre en el pasado y también de su abuelo. Pero es algo que nos puede beneficiar compartir una amistad con alguien poderoso igual de nosotros — dijo Hürrem con una sonrisa.
— Madre créeme que no quiero discutir este tema ahora, tengo tantas cosas que hacer — dijo Mihrimah la sultan.
Hürrem era una mujer decidida a ser escuchada por su propia hija y sultán. Tenía que hacerla entrar en razón por las consecuencias.
— Tú llevas dentro de tu vientre una esperanza para este imperio — dijo Hürrem Sultán decidida — ¿O es que tampoco te importa el bienestar de ese pequeño ser?
Mihrimah miro a su querida y amada madre, era verdad. Ese niño o niña era el futuro de su dinastía y el de su única familia, no se podría permitir o dar el lujo de perder a ese pequeño ser en su vientre.
— Estoy vuelta loca madre — dijo Mihrimah con la preocupación reflejada en sus ojos — Ellos quieren mi trono y mi cabeza.
— ¿Y les darás el gusto? — Mihrimah negó con la cabeza — Entonces debes de ser una estratega como tu difunto padre, recuerdo que él cuando estaba indispuesto enviaba a Ibrahim Paşa a la guerra. ¿Tienes alguien en mente?
Lo pensó mucho, Taşlıcalı Bey era una buena opción para enviar a la guerra en su representación, para bien era un hombre altamente preparado y era su cuñado por lo que podía darle un título real en su nombre algo que le diera poder y una gran posición en su embarazo.
— Quiero enviar una carta a mi hermana Raziye — dijo — Taşlıcalı será nombrado Regente de Guerra.
— Me parece inteligente ese título — dijo Hürrem con una sonrisa.
Darle una posición de poder a su cuñado era importante en esta lucha.
Y en esta guerra.
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Mihrimah aceptó el apoyo de Inglaterra por consejo de su madre y devolvió una carta con algunos regalos a Londres para crear un vínculo afectivo con ese reino vecino que les estaba brindando un apoyo emocional y de guerra.
Yaya aceptó ir en representación de la sultán por el embarazo de ella. Amaba y respetaba la autoridad de ella, siempre le pareció una dama que más por su belleza, era admirada por su forma de ser de naturaleza guerrera. Ahora lo importante era cuidar al bebé en su vientre.
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Mihrimah, La Sultan
Ficção HistóricaHija del difunto Süleyman l y de su esposa imperial Hürrem Sultan. Mihrimah Sultan presencia la muerte de todos sus hermanos, primos y parientes hombres por la viruela. No hay quien herede el trono o eso creía, cuando es obligada a casarse para acce...