Prefacio

612 49 6
                                    

1539

Estaba en Edirne junto con mi madre y abuela Ayşe Hafsa Sultan. 

Mi madre y yo tuvimos que venir a Edirne al palacio de mi tía Beyhan Sultan por la enfermedad del sultán mi padre y mis hermanos los príncipes. Todos mis hermanos enfermaron, ninguno se había salvado de la enfermedad.

Ni siquiera mis primos, tal parecía que Estambul estaba solo.

Mi madre estaba muy preocupada, el destino de nuestro glorioso Imperio estaba por llegar a su fin. Nadie más sabía de la enfermedad que angustiaba a mi familia, el sheik al İslam fue claro.

«Nadie más debe saberlo señoras, nuestros enemigos buscan cualquier debilidad«

— Mi sultana, debe descansar — me aconsejo mi fiel sirviente y eunuco guardián.

Malik Agha era nuevo en el palacio, obediente y sensato. Le pedí a mi abuela poder traerlo conmigo a Edirne para no sentirme tan sola en el palacio y tener con quien platicar.

— No puedo, estoy muy preocupada por mis hermanos — dije con tristeza.

Malik es el único que me entiende, es decir. Solo ellos saben lo que es estar lejos de la familia. Mi madre también lo aprecia mucho, tal vez porque su origen es el mismo.

— Estar alejada de ellos me duele, más en estos momentos. Me duele imaginar sus rostros tristes y demacrados por la enfermedad. Eso es algo que no me podré perdonar, el irme de ahí — dije entre lágrimas.

Malik me abrazo con fuerza.

Me dijo que todo estaría bien.

Que el Imperio me necesitaba fuerte.

Que mi madre y los demás también.

Se despidió de mi para ir a descansar a los aposentos que mi madre le había asignado cerca de los míos para cualquier cosa.

En un momento empece a pensar en Malcokoglu Bali Bey, años atrás lo conocí en Estambul cuando aún tenía solamente era una niña. Muchos dirán que soy una loca, pero desde mi infancia me enamoré de él. Era muy berrinchuda y difícil de tratar.

Él siempre me saludaba cuando tenía la oportunidad de verme junto a mi madre y padre.

Yo solo sonreía, lo miraba con un profundo cariño que hasta el día de hoy es un amor prohibido. Prohibido porque mi madre no me permite si quiera verlo como algo más.

Ella me quiere entregar en mano con Rüstem Paşa cuando las cosas se calmen, para mí él es un viejo amargado y feo teniendo la misma edad que Malcokoglu, él es guapo, valiente y lindo.

Ojalá un día estemos juntos.

De repente caí en un profundo sueño. Vi una manzana caer de un árbol, era roja y se veía comestible. Solo que escuche una voz decirme desde lejos: «El Imperio te necesita más que nunca, tú serás su Regente«

La luna se puso delante del sol, en un momento todo se oscureció de inmediato y temí. Me asuste demasiado, alrededor el árbol grande de donde cayó la manzana fue derrumbado por un rayo.

«La era de los sultanes ha llegado a su fin«

Una voz retumbo sobre mi cabeza.

El árbol había sido derrumbado, la luna y el sol se fueron y todo fue oscuridad. Entonces la manzana seguía en mi mano como si se tratase de algo extraño.

A la mañana siguiente desperté y quería ir hacía Edirne para ver al Sheik al İslam. El hombre me apreciaba mucho, él presenció mi nacimiento y desde pequeña me había visto.

Mihrimah, La Sultan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora